FIRMAS

Los conjuros de María José Campanario

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Cantos de guerra se escuchan en “Ambiciones”. La hechicera de la hacienda, María José Campanario, ha invocado a rayos y truenos para que descarguen su furia sobre la tribu de los Janeiro. La tormenta ha alcanzado ya al abuelo más casquivano de Ubrique, Humberto el tigre, a quien su “amiga” Camila ha abandonado, al menos de momento, harta de los juegos amorosos del jefe del clan. Un patriarca expulsado hace tiempo de las torres blancas del cortijo familiar y que ha visto mermar considerablemente sus ingresos de exclusivas desde que no se codea con sus retoños.

Para colmo de males para Humberto, tiene muchas papeletas de convertirse en otro de los encausados de la “Operación Karlos” por no hablar de sus pifias con Hacienda.

No mejor suerte corre Humberto junior, colocado en el punto de mira de la Campa desde que se le calentó la boca sobre las extrañas cualidades que adornan a su cuñada. Los conjuros de María José han conseguido desalojar de la propiedad al hermano mayor de Jesulín, al que el diestro ha puesto de patitas en la calle por los elocuentes silencios y puntos suspensivos que el joven gasta cuando es preguntado por la madre de Julia.

Y así sólo quedan tres en la mansión de Ambiciones: la madre, Carmen Bazán, Jesulina y Víctor, para que la hechicera logre hacerse dueña y señora de la finca de su hoy irascible marido.

Los “hechizos” de la Campa no son, visto lo visto, para tomar a broma y mucho menos por la familia política, a quien la mujer del diestro pide adhesión inquebrantable hacia su persona, sobre todo en el tema judicial que mantiene con la Seguridad Social, o sino a la calle.