La vivienda desprotegida

La vivienda protegida no termina de arrancar en nuestro país. Por mas que se empeñe la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, en decir que el Gobierno socialista ha reactivado su situación y que con sus políticas todo va mejor, los números no hacen más que contradecirla.

Los datos del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España sobre el primer trimestre de este año indican que los visados de viviendas protegidas han caído un 5% con relación al mismo periodo del año anterior. Si bien es cierto que las medidas gubernamentales sobre vivienda tardan en demostrar sus efectos por la duración de los ciclos que caracterizan al sector, también lo es que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lleva en el poder un año y medio y ya se deberían notar los resultados de su política en la materia. Y destacan más estos datos cuando los visados de vivienda libre han crecido en ese mismo periodo por encima del 14%.

Una de las razones de esta caída puede haber sido el retraso en la aprobación del Plan de Vivienda y la incertidumbre provocada entre los promotores inmobiliarios, que no han visto seguridad a la hora de desarrollar este tipo de productos. Con aprobar un Plan de Vivienda no se solucionan las cosas puesto que ese plan se debe llevar a la práctica por parte de las comunidades autónomas, y eso lleva su tiempo. Nos acercamos a la mitad de la legislatura y las promesas del Partido Socialista en materia de vivienda corren el riesgo de quedarse sólo en eso, en promesas. En muchos anuncios pero en pocas realidades. Como en el tema del alquiler en el que se las prometían muy felices pero que cuesta arrancar con la Sociedad Pública de Alquiler que, lejos de abaratar los precios, podría llevar a aumentarlos o, en el mejor de los casos, a dejarlos como están. Esperemos que las autoridades reaccionen, que aprovechen los dos años que les quedan y que el Ministerio de Vivienda que han creado no quede en una experiencia fallida.