Raquel Alcolea
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Fuerza formal, diseño singular, funcionalidad y carácter versatil. Estos son los criterios que ha tenido en cuenta el jurado del Pabellón de Aragón de la exposición internacional de Zaragoza 2008 para elegir el proyecto del equipo de profesionales encabezado por los arquitectos Daniel Olano y Alberto Mendo.
La propuesta consiste en un edificio levantado sobre tres grandes soportes, que liberan el espacio de la planta baja creando una plaza pública abierta, tipo palenque. Esta permite, por un lado, realizar actividades al aire libre (pero bajo cubierta) y por el otro, ampliar el espacio peatonal del recinto de la exposición. Sobre la plaza se elevan cuatro niveles, aunque para el periodo de la Expo sólo se construirán dos plantas. Una vez que concluya la muestra, el edificio albergará la sede de varias Consejerías del Gobierno de Aragón, lo que obligará a construir todas las plantas previstas.
Un cesto gigante de ’mimbre vidriado‘.- Una de las características más impactantes de la propuesta del equipo de Olano y Mendo es el cerramiento exterior del edificio, que está planteado como una urdimbre de múltiples planos de líneas quebradas. De este modo, las cuatro fachadas del edificio simulan una gran cesta con un trenzado hecho a base de láminas opacas de cerámica blanca y vidrios que, junto a los seis lucernarios previstos, garantizan una gran luminosidad. Además, esta peculiar “piel” del edificio, de múltiples planos y relieves, permite conseguir: protección solar con parasoles verticales y horizontales, capacidad de reflexión de la radiación en los vidrios seleccionados, aislamiento térmico y ventilación natural inducida por tiro vertical en el aire exterior. Así, tal como explican sus creadores, la protección que se consigue con este efecto es capaz de proporcionar un factor solar cercano al 15% (en función de los materiales empleados) y, como consecuencia, un ahorro energético que podría alcanzar el 85% en lo que se refiere a la climatización de verano e incluso en las estaciones intermedias. Además, la morfología del edificio permite que éste pueda disponer, en su planta de cubierta o en el perímetro superior de su fachada (inclinada) de unas superficies de captación de energía solar para su transformación fotovoltaica en energía eléctrica.
En el interior, cada patio tiene un desarrollo material y cromático concreto en sus caras, siempre en combinación de dos elementos, paneles de color tipo trexpa y planos de vidrio coloreados. El color es el mismo para una pieza tanto en su superficie vidriada como en la opaca, de modo que se reconoce como una pieza unitaria dentro del espacio. El paseo entre estos patios permite descubrir los diversos paisajes que el agua ha creado en Aragón, ya que en los planos quebrados que delimitan los patios es donde se ubica el contenido de la exposición que puede constar de vitrinas, proyecciones, maquetas, reproducciones, ejemplares vegetales, sonidos, etcétera.
Además de una zona expositiva de unos 3.000 metros cuadrados, el edificio contará con salas más pequeñas, espacios administrativos, una cafetería y una gran terraza que también está preparada para albergar actos públicos. Desde los niveles superiores del edificio es posible divisar la Basílica del Pilar, monumento característico de la ciudad.
El Pabellón de Aragón se ubicará en la zona noreste del recinto Expo. Situado junto al Bulevar de Ranillas, con acceso desde la rotonda, será el primer edificio que se vea desde el barrio del Actur y será uno de los focos de atención desde el acceso peatonal del pabellón-puente de la Expo.
El equipo creador del proyecto está formado por treinta profesionales, entre arquitectos, ingenieros, aparejadores, geógrafos, delineantes, administrativos y grafistas. En esta ocasión han contado con la colaboración de Andrés Navarro y Gabriel Lassa. Otras obras del despacho de arquitectos de Olano y Mendo son el Centro de Congresos de Barbastro, la piscina cubierta y el pabellón deportivo de Tarazona, un hotel de cuatro estrellas en Formigal, la Puerta Cinegia, el Ayuntamiento de Cuarte de Huerva y un proyecto para el Conservatorio Superior de Música de Zaragoza.
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