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Las compañías españolas hacen las maletas para invertir en el extranjero

Europa del Este, Marruecos y otros mercados emergentes despiertan el interés

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Durante los últimos años, las constructoras e inmobiliarias han obtenido de sus balances de resultados liquidez suficiente para afrontar con garantías sus ambiciosos deseos de expansión internacional. Las últimas se decantan por Europa, mientras que las primeras refuerzan su experiencia en Latinoamérica. A través de la compra de empresas, las adjudicaciones o la adquisición de suelo, las firmas españolas protagonizan un proceso de internacionalización sin precedentes.

Mucho han cambiado las cosas para la economía española en los últimos quince años, y prueba de ello es su tasa de apertura al exterior, que ronda ahora el 65% del producto interior bruto (PIB) nacional. Las empresas españolas han invertido en el exterior más de 200.000 millones de euros en el último ejercicio, según datos de la CEOE, lo que ha generado siete millones de puestos de trabajo en nuestro país.

Las constructoras e inmobiliarias no se muestran ajenas a esta tendencia. También ellas atraviesan nuestras fronteras en busca de nuevas oportunidades de negocio. Nick Tyrrel, vicepresidente del banco internacional de inversión JP Morgan, asegura que “el mercado inmobiliario español se ha transformado de forma radical y sus empresas se han forjado una imagen de profesionalidad y eficiencia que les precede y les favorece a la hora de acceder a nuevos mercados”. Por su parte, Ignacio Bayón, presidente de Realia Business, no duda en afirmar que “la globalización de la economía es un hecho y afecta también al sector inmobiliario. La expansión internacional hace que la actividad de las sociedades españolas sea cada vez menos volátil”.

Exceso de liquidez.- Una liquidez sin precedentes alimenta los deseos de expansión internacional de las constructoras e inmobiliarias españolas. Su evolución durante los últimos años las sitúa en una posición privilegiada a la hora de enfrentarse a nuevos retos, y el futuro también parece prometedor. Entre dos y tres millones de personas se instalarán en el arco mediterráneo a medio plazo, de acuerdo con las estimaciones de la Unión Europea. “Estas perspectivas -insiste Bayón-, y un número creciente de inversores a largo plazo, benefician claramente a las firmas del sector”. Las compañías han acumulado el capital necesario para crecer en el extranjero, gracias a fondos de inversión y de pensiones, amantes de las rentabilidades seguras, que han encontrado refugio para su dinero en nuestro país. El primer ejecutivo de la compañía participada por Caja Madrid y FCC opina que “el sector ha dejado de ser un mercado doméstico y ya no está tan sometido a la dependencia del ciclo, como lo estaba hace años”.

Las constructoras están más experimentadas en estos trances, puesto que llevan más años invirtiendo en el exterior. Las inmobiliarias, sin embargo, se han animado recientemente a dar el salto. Imke Buttkus, directora de inversión internacional de CB Richard Ellis, asegura que “al mercado inmobiliario español le cuesta quitarse la etiqueta de localista. Las empresas del sector son reticentes a cruzar la frontera, y más aún a salir de Europa. Ahora parecen animarse y vencer esos prejuicios, pero todavía queda mucho camino por recorrer para poder equipararnos con Reino Unido o Alemania, que ocupan los primeros puestos en Europa por inversión en el extranjero”.

Con garantías.- La aventura internacional de las compañías españolas, no persigue el crecimiento como máxima, sino la rentabilidad. Por eso, las áreas más valoradas para los empresarios españoles a la hora de invertir son también las más seguras y consolidadas. El primer Indice de Confianza de la Inversión Española en el Exterior, elaborado por el Club de Exportadores, en colaboración con el Instituto de Comercio Exterior (Icex) demuestra que la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá son los lugares favoritos para invertir. Esta encuesta refleja que el 62% del capital español que se va fuera tiene como destino los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Buttkus piensa que Francia es el país con mayor atractivo para las inmobiliarias españolas, y prueba de ello son las últimas operaciones corporativas protagonizadas por Metrovacesa o Colonial en el mercado galo. Joaquín Piserra, consejero de la consultora Atis Real comparte esta visión. Según sus datos, “París es el mercado líder y acapara el 40% de las inversiones”. El informe anual sobre inversiones inmobiliarias del Instituto de Suelo Urbano (ULI) sitúa a París como uno de los mercados mejor posicionados en cuanto a perspectivas de desarrollo e Ignacio Bayón, de Realia, confirma que “los 48 millones de metros cuadrados de alquiler que tiene la capital gala son el principal reclamo con el que seduce a nuestras empresas”.

La estrategia de expansión internacional de las inmobiliarias y constructoras españolas se bifurca en dos ramas. Una de ellas es la inversión en mercados ya consolidados, en los que tomar posiciones resulta siempre provechoso. Seopan, la patronal de las grandes constructoras, señala en su informe anual que la contratación de obra en el exterior creció un 27,5% en 2004, respecto al año anterior y los países de la Unión Europea concentraron el 67% del total. Portugal, Reino Unido, Irlanda e Italia fueron los principales destinos de la actividad internacional de las empresas nacionales del sector.

A la caza de fondos.- La segunda rama pasa por aprovechar el protagonismo cada vez mayor de ciertos mercados emergentes, como los países de Europa del Este. Los fondos estructurales de la Unión Europea supondrán una inyección de capital para los países recién incorporados con la que estimular su crecimiento hasta que se equiparen con el resto de miembros.

Estos mercados todavía arrastran cierto nivel de riesgo, pero los promotores y constructores españoles intentan aumentar las garantías, a través de acuerdos con socios locales con los que adquirir suelos o participar en contratos de infraestructuras, licitados por las administraciones locales.

Polonia, uno de los mejor posicionados entre los recién llegados, cuenta con un déficit de 1,5 millones de viviendas, y la calidad de las ya existentes deja mucho que desear. El Ministerio de Economía polaco persigue como meta que se construyan 140.000 casas nuevas cada año. Los datos de la consultora internacional Knight Frank señalan que el mercado residencial polaco todavía está dominado por promotores locales, si bien Varsovia recibe cada vez mayor número de inversores extranjeros, sobre todo procedentes de Alemania e Israel. Españoles e irlandeses parecen estar haciéndose un hueco. La capital es el lugar en el que se concentra la mayor parte de la demanda inmobiliaria de todo el país.

República Checa y Hungría son dos mercados especialmente atractivos para los agentes españoles. El esfuerzo que estos países realizan para mejorar su economía, sumado a unos menores costes laborales, aumenta su atractivo de cara a los inversores extranjeros. El presidente de Realia, Ignacio Bayón, destaca que “estos mercados son ahora más seguros y estables, tras la adhesión. Uno de los factores que los hacen interesantes es que tienen tasas de repercusión del suelo que no superan el 20%, como ocurría en España hace años”.

La actividad turística es otra de las líneas de negocio que llama la atención de nuestras empresas. Croacia y su costa se presenta como claro competidor de España en cuanto a la recepción de turistas en la temporada estival. La falta de desarrollos de calidad en este área representa una oportunidad para posicionarse que las compañías españolas no quieren desaprovechar.

La previsión de crecimiento demográfico en los países mediterráneos situará la población en 330 millones de personas en 2025. La demanda de viviendas y de infraestructuras públicas crecerá, por tanto, de forma importante. Según datos hechos públicos en la última edición de Construmat por la Cámara de Comercio de Barcelona, el sector de la construcción tiene previsto invertir 80.000 millones de euros en los próximos años en esta zona.

Afinidad cultural.- Portugal y América Latina, son también lugares de destino de las empresas españolas. En este caso, la cercanía y la afinidad cultural son algunos de los factores considerados por los directivos españoles para poner sus ojos en estos mercados.

Las constructoras cuentan ya con gran tradición en el mercado latinoamericano, gracias a su actividad en el segmento de concesiones. Las seis grandes compañías españolas han conseguido entre el año pasado y comienzos de éste, obras por más de 2.500 millones de euros. Alicia Revenga, responsable del área internacional de Seopan, afirma que “esta zona no es prioritaria para realizar operaciones corporativas, pero vuelve a ser interesante para ganar contratos, después de unos años de cierta inestabilidad”.

América Latina concentra el 26% de la inversión extranjera de las constructoras de la patronal. Pero el interés de las compañías españolas se centra en unos pocos países. México, Chile y Brasil son los mercados más atractivos, por los ambiciosos planes de infraestructuras que tienen previsto desarrollar sus gobiernos, y por la mejora de las condiciones financieras.

La edificación residencial es uno de los negocios más prometedores en México, ahora que los préstamos han vuelto a tipos de interés razonables, tras la crisis bancaria de los años noventa. El plan de infraestructuras aprobado por el Gobierno de Vicente Fox suscitó muchas expectativas. Sin embargo, la inestabilidad política de aquel país ha hecho imposible cumplir los compromisos adquiridos.

Chile, el mercado más consolidado de todo el continente, goza de los parabienes de los inversores internacionales. Una economía consolidada y unos niveles crecientes de seguridad jurídica y transparencia hacen que se convierta en objeto de todas las miradas.

Por lo que respecta a Brasil, su concepción ha cambiado mucho en el contexto internacional desde la llegada al poder de Lula Da Silva. Las agencias de calificación de riesgo parecen dejar atrás los tiempos en los que castigaban al país carioca con las peores recomendaciones, y esto anima a las empresas a optar a los contratos de licitación que se van presentando. Alguno de ellos es realmente ambicioso, como es el caso de la autopista Nova Mutum-Santarem, de 1.500 kilómetros y presupuestada en 900 millones de euros.


El continente asiático, la asignatura pendiente de las españolas
Jim O’Neill, economista jefe de Goldman Sachs, afirmaba recientemente en Madrid que “la economía China superará a la estadounidense en 2050. Para entonces, India será la tercera potencia económica mundial, seguida de Japón”. Los pronósticos de los analistas no dejan lugar a dudas. Conceden un gran potencial al continente asiático, en el que la presencia de empresas españolas no deja de ser testimonial. Según datos de Cepyme, el volumen global del comercio con los países asiáticos alcanzó en el último lustro los 150.000 millones de euros.

Ante las posibilidades que ofrecen estos mercados emergentes, la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, encabezó a principios de junio el viaje de un grupo de empresarios españoles a Pekín, que tenía por objetivo fomentar la inversión española en China. A raíz de aquel viaje, Ferrovial, Abengoa, Indra y Aena, entre otras, tuvieron ocasión de comprobar de primera mano los ambiciosos planes que tiene el Gobierno chino para el desarrollo de sus infraestructuras. Una treintena de constructoras y compañías concesionarias acabaron interesándose por alguna de las numerosas adjudicaciones, entre las que destacan las líneas de tren de alta velocidad que se pondrán en marcha en los próximos años. Además, el Gobierno chino pretende liberalizar de forma gradual sus servicios públicos, lo que abre oportunidades para las corporaciones españolas.

Proyectos con sabor hispano repartidos por el mundo
Las inmobiliarias recurren a la compra de suelo o inmuebles para tomar presencia en otros mercados. Las constructoras utilizan las concesiones, y a veces se atreven con la diversificación de producto. Las operaciones corporativas son la opción para los más arriesgados. Cada vez son más los proyectos que llevan la huella de las empresas españolas.

Las operaciones corporativas, apropiadas para crecer en patrimonio, parecen haberse puesto de moda. Colonial, Metrovacesa y Fadesa han utilizado esta vía para entrar en el consolidado mercado francés.

La inmobiliaria participada por La Caixa adquirió el 95,1% de Societé Foncière Lyonnaise (SFL) en junio del año pasado. La compañía francesa tenía 475.000 metros cuadrados, pero el apetito de Colonial no pareció saciarse. Su consejero delegado, Juan José Brugera, no ha descartado futuras compras. Metrovacesa siguió sus pasos y compró un 70% de Gecina, a mediados de marzo. Tampoco Joaquín Rivero ha descartado nuevos movimientos, después de la que es su primera incursión en el mercado internacional.

La última en unirse al grupo ha sido Fadesa. La inmobiliaria ha comprado el 70% de Financière Rive Gauche. La empresa presidida por Manuel Jove, con suelo en Portugal, Marruecos, Hungría y Polonia, prevé realizar nuevas inversiones en el mercado francés y su vicepresidenta, Felipa Jove, apunta a República Checa y Eslovaquia como “sitios en los que se están realizando prospecciones”.

FCC tiene intención de comprar una sociedad extranjera antes de final de año, y así quedó de manifiesto en la última junta de accionistas de la compañía.

Evitar riesgos.- Los concursos públicos, una fórmula segura de entrar en nuevos mercados, son recurrentes para las constructoras, así como el negocio eólico y el handling. Entre las últimas adjudicaciones destaca el contrato de rehabilitación de una carretera en Rumanía, que supone la entrada de FCC en Europa del Este, mientras que Sacyr se ha hecho con el contrato de una autopista en Bulgaria. La sociedad que preside Luis del Rivero, presente en Argelia y otros cuatro países, tiene patrimonio en Estados Unidos y empresas de servicios en China y Brasil. El grupo controlado por Esther Koplowitz, por su parte, está presente en Estados Unidos, México, Egipto, y otros trece países.

ACS, con presencia en 38 países, es la primera concesionaria de Chile, con un volumen de obra de 966 millones de euros. Ferrovial ha conseguido implantarse en doce países entre Europa, América del Sur y del Norte. OHL, con presencia en el mercado de 16 países, construye el mayor hospital de Chile. Su proyecto más ambicioso en Latinoamérica es un complejo hotelero en la Riviera Maya. Acciona tiene negocios en una docena de países, repartidos por los cinco continentes.

Entre las inmobiliarias, Urbis apuesta por el crecimiento orgánico y la compra de suelo. Su filial Euroimobiliaria, con la que opera en Portugal, tiene suelo para 1.000 viviendas.

Las medianas crecen.- También empresas de menor entidad, como Hercesa, miran con interés al extranjero. Juan José Cercadillo, director de comunicación, afirma que “Rumanía está en pleno proceso de crecimiento, mientras Portugal es un mercado maduro, que sale de una crisis”. Así justifica el reciente aterrizaje de la compañía en ambos países.

Grupo Lar va a construir 5.000 viviendas en los próximos cinco años en México, mientras que Renta Corporación apuesta por Londres y París, donde ya suma once inmuebles. Agofer tiene previsto invertir 70 millones en Polonia, a través de una sociedad de reciente constitución, mientras que Prasa ya construye 4.000 viviendas en Portugal, a través de Lusotur.