INMOBILIARIO

Proyecto ‘Shouji’: un tributo al calor del hogar japonés

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Los ganadores del Concurso “Jóvenes Arquitectos Javier Morales”, que organiza la Fundación Hercesa, proponen recuperar lo esencial de las casas tradicionales a través de la luz y la inspiración oriental

Shouji es el término que designa las particiones ligeras (pantallas de papel) que organizan el interior de la vivienda tradicional japonesa. Y Shouji es también el nombre que los arquitectos Luis Suárez y Asier Santas eligieron para su proyecto, ganador de la primera edición del Concurso “Jóvenes Arquitectos Javier Morales”, que organiza la Fundación Hercesa. No en vano afirman que su proyecto “es deudor de esas pantallas de papel fino que compartimentan sutilmente las diferentes estancias, originando una casa más diáfana, luminosa y flexible en usos”.

La base de la propuesta de este equipo, que confiesa admirar a arquitectos como Terragni, Bunshaft, Breuer, Mies van der Rohe o Baumgarten; es la creación de hogares en lugar de viviendas. Pretenden que todo lo que ocurra en la casa suceda alrededor de un centro, una luz, una hoguera. O dicho de otro modo, que todo suceda alrededor de un “abstracto patio luminoso en torno al cual se relacionen los distintos espacios de la vivienda”.

Para la distribución de esos espacios, los autores del proyecto han conseguido un módulo tipo de diez metros cuadrados de fachada y doce de profundidad, dividido en tres bandas paralelas con un ancho aproximado de cuatro metros. En el interior, como en las casas japonesas, existe una relación entre la gradación público-privado y exterior-interior, de modo que, como explica Luis Suárez, “las zonas más próximas al exterior alojan espacios de uso colectivo y familiar, mientras que las zonas más profundas de la casa se vuelcan hacia la intimidad personal”. Lo más original de la propuesta es la banda central, o estancia ubicada en el centro de la vivienda. Se trata de un espacio indefinido (denominado engawa en la casa japonesa), que no tiene ninguna función específica y donde el habitante puede realizar numerosas actividades, como ejercicio, botánica o relajación.

Versatilidad, luz natural y ventilación
“El edificio elude deliberadamente las configuraciones exteriores que lo asocien de una manera inmediata con una arquitectura doméstica y busca, a través de una colocación flexible de los cerramientos, una cierta ambigüedad escalar”, explica Asier Santas.

Además, el conjunto se caracteriza por su versatilidad, ya que puede ampliarse o reducirse horizontalmente (con lo que se consiguen viviendas de dos o cuatro habitaciones), o puede crecer verticalmente (para configurar viviendas dúplex).

También se han tenido en cuenta las condiciones de habitabilidad y la sostenibilidad del edificio. Así, la agrupación de las viviendas en bloque permite la aparición de patios individuales, o columnas de cuatro alturas que se aprovechan como espacios de control energético. A través de ellos, la luz, el aire y la temperatura pueden regularse para facilitar la ventilación en verano, así como el calentamiento del aire en invierno. El objetivo es proporcionar a los habitantes un entorno agradable. “Aspiramos a que sus futuros habitantes valoren la abundancia de luz natural y la ventilación presentes en todos los espacios, incluidos los baños y aseos”, destaca Suárez. Además, la configuración de la vivienda permite al usuario la caracterización personal de los espacios.

Los materiales se caracterizan por su austeridad. Para el exterior se prevén paneles de hormigón prefabricado y vidrio con carpintería de aluminio. En el interior, destaca la madera y los vidrios translúcidos y transparentes en los patios.

En los próximos meses se inician las obras para construir estas 112 viviendas de protección pública que promueve Hercesa en Guadalajara.

Los proyectos ganadores y finalistas del concurso “Javier Morales” se exponen hasta el 14 de septiembre en el Colegio Oficial de Arquitectos de Alicante.

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