Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Un lugar paradisíaco, con playas de ensueño y perdido en medio de la jungla, entre manglares y lagos de agua cristalina… Ese es el paisaje que ofrecerá el complejo Mayakoba que OHL está construyendo en la Riviera Maya mexicana. Pero no es la única empresa del sector que ha entrado, digamos, en el negocio de la hostelería. Los ‘ladrillos’ siguen siendo el plato fuerte de inmobiliarias y constructoras, sólo que ahora se emplean no sólo para levantar viviendas, sino para construir edificios singulares, puentes, aeropuertos…, y, por supuesto, hoteles.
El negocio hotelero ha empezado a ‘cobrar’ vida en las cuentas de resultados de las compañías del sector. Son muchas las que han apostado por diversificar sus actividades hacia este campo. Eso sí, la mayoría no se atreve con la gestión de los establecimientos, algo que deja para los especialistas: las cadenas hoteleras. Para ellos queda la propiedad de los hoteles, que ofrecen una rentabilidad segura durante el periodo que dure el contrato de arrendamiento, en su caso, o de gestión.
Medgroup, Riofisa, Metrovacesa, Necso Inmobiliaria, Fadesa o Hercesa son algunas de las promotoras que ya están levantando hoteles en nuestro país y fuera de nuestras fronteras. La mayoría de ellas se han aliado con un ‘caballo ganador’ que las ayude a ‘hacer un negocio redondo’.
Y es que las cifras que mueve el sector inmobiliario siguen siendo impresionantes. De hecho, se mantiene como una de las actividades económicas que más aporta al PIB nacional. Hace poco se ha presentado un informe que asegura que, pese a las muestras de desaceleración de las que se ha hablado últimamente, el mercado inmobiliario residencial sigue empeñado en seguir tan fuerte o más que en los últimos años, y que la cifra de viviendas iniciadas en 2005 podría igualar el record conseguido un año antes, ahí es nada. Es más, ya hay quien se atreve a asegurar que, hasta 2010, el tirón de la vivienda se mantendrá fuerte. Si a esto le añadimos la recuperación lenta, pero segura, que están experimentando las oficinas y el tirón de la logística e industrial, en el horizonte se dibuja un paisaje tan paradisíaco, como el de las playas de Mayakoba.