Javier Aldavert/ muy personal
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
- ¿Cómo es su trayectoria profesional hasta que alcanza la presidencia de Obrum?
- He de confesar que me ha gustado el ladrillo desde que nací. Por eso cuando pude dí el salto a la promoción y de ahí pasé al sector constructor. Ahora disfruto mucho con mi trabajo, es una buena terapia para mí.
- ¿Qué otras pasiones tiene?
- Me apasionan todos los deportes relacionados con el motor, tanto para verlos, como para practicarlos. De hecho, de joven me gustaba hacer motocross. No me pierdo las carreras de Fórmula 1, ni las competiciones de motociclismo.
- Alguna otra afición...
- La lectura, sobre todo si se trata de biografías. Ahora estoy leyendo el libro titulado “La brújula interior”, con el que estoy disfrutando mucho.
- A su juicio, ¿qué cualidades debe tener un buen directivo?
- Debe ser capaz de gestionar cualquier tipo de negocio sin ser ser un profesional del sector porque no personaliza y cuenta con un buen equipo en el que se apoya y compuesto por entendidos en el tema.
- ¿Tiene algún sueño que le gustaría hacer realidad?
- Me gustaría comprar un coche clásico de competición y participar en eventos nacionales. También quiero pilotar una avioneta o un jet privado, pues no me gusta ir de pasajero porque me siento impotente y suelo viajar en coche siempre que puedo. Semanalmente hago una media de 2.500 kilómetros sobre ruedas.
- Un lugar para perderse...
- La nieve, porque tiene un atractivo de pureza que me encanta y me atrae.
- Una virtud y un defecto.
- Como virtud, destacaría la constancia, no me gusta tirar la toalla. Y, como defecto, mi mala memoria. He de confesar que, en este sentido, soy un verdadero desastre.