Villa y corte/Alberto Delgado
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Congreso del PP de Madrid ha deparado alguna que otra sorpresa -Granados no aparecía, en principio, como favorito para ocupar la Secretaría General-, y planteado incertidumbres que el tiempo se encargará de despejar.
El “todo el poder para Esperanza”, triunfante en su pulso con Alberto Ruiz-Gallardón, tiene ventajas, pero también riesgos. Va a gobernar sin cortapisas, colocando a hombres y mujeres de su confianza en puestos clave. Pero el hecho de que algunos “gallardonistas” hayan rechazado entrar en la ejecutiva no es precisamente un buen augurio para el futuro.
Entre un partido sin fisuras y un reino de Taifas, no hay duda de que es preferible lo primero. No están tan lejanos los tiempos de la UCD, en cuya descomposición tuvo una considerable influencia la división interna.
El problema del PP, tanto en la Comunidad de Madrid, y en sus ayuntamientos, como en el resto del Estado, es que no le basta ser la lista más votada en las elecciones para gobernar. Debe hacerlo con mayoría absoluta, para no verse desplazado por la coalición de izquierdas. Y ganar por mayoría absoluta requiere una conjunción de esfuerzos y una unidad permanente en los miembros del partido. No debemos olvidar que Esperanza Aguirre gobierna gracias a una escisión en las filas socialistas, que propició la repetición de las elecciones, y demostró que los votantes indecisos, que son los que suelen inclinar la victoria a uno u otro lado, rechazan a los partidos en los que reina la división. Los personalismos, los agravios personales, reales o imaginarios, deben dejarse a un lado a la hora de gobernar para los ciudadanos. La realidad demuestra que en los momentos difíciles es cuando se pone a prueba la unidad de los partidos.
Al PP de Madrid le esperan momentos delicados en sus relaciones con el Gobierno central. Y necesita dar una sensación de unidad ante el propio partido y ante los ciudadanos. El Partido Popular, tras este Congreso, debe tener presente que, sin unión en sus filas, tendrá muy difícil repetir en el Gobierno de Madrid.