El rincón del curioso/Jorge G. Boró
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La Hacienda Pública ha puesto su punto de mira en el sector inmobiliario, junto a otras ramas de actividad económica, con el objetivo de perseguir el fraude, puesto que considera que, hasta el momento, no se ha realizado de una manera sistemática. El plan que se ha preparado, todavía en fase de borrador, prevé realizar un seguimiento de todo el proceso, desde el planeamiento urbanístico hasta la transmisión de las edificaciones.
La actuación que prevé la Administración tributaria es correcta, puesto que todos debemos cumplir con nuestras obligaciones fiscales y seguro que contará con el respaldo del sector inmobiliario. Pero el sector inmobiliario lleva años detrás de los sucesivos gobiernos para que mejore la fiscalidad de la vivienda y, sobre todo, la que sufre durante el proceso de la construcción, y es algo en lo que el Gobierno debe emplearse, pues el beneficiado final será el comprador, que es el que al final ve cómo repercuten en el precio que paga por el bien.
Las buenas perspectivas para el sector inmobiliario se mantienen para los próximos años, según se desprende de los datos del informe elaborado por Analistas Financieros Internacionales para la Asociación de Promotores Constructores de España. A pesar de ciertas predicciones, se espera que la demanda de viviendas se situará en el entorno de las 500.000 al año hasta 2008. Pero, a partir de esa fecha, las cifras no caerán bruscamente, puesto que calculan en Analistas Financieros que la demanda de nuevas viviendas se mantendrá en aproximadamente 430.000 unidades al año.
Estas previsiones quedan lejos de la tan anunciada explosión de la mal llamada burbuja inmobiliaria y marca un buen camino que los promotores inmobiliarios deben seguir con precaución para que no se tuerza. El único que podía estropear esta buena marcha sería el mercado de trabajo, en el caso de que la marcha de la economía empeorara y es el Gobierno el que debe poner los medios para que no se produzca.