AUTONOMÍAS

Arquitectura y vino se dan la mano en La Rioja alavesa

El fenómeno de las bodegas de autor atrae a los visitantes

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Que existe una cultura del vino que va más allá de la propia crianza, elaboración y degustación, nadie lo duda y que en La Rioja alavesa ésta va a verse incrementada con elementos arquitectónicos de firma, es un hecho. Calatrava, Gerhy o Mazieres ya han dejado su sello en la zona.

Garbiñe Esteban
Vitoria

Hace unos años, los bodegueros se preocupaban exclusivamente de cuidar sus viñedos, mirar al cielo esperando abundantes lluvias, nieve en invierno y rocío al amanecer en verano para obtener una buena cosecha, y distribuir de la mejor manera posible sus caldos. Ahora, hay que ir más allá, y añadir el nombre de una arquitecto de prestigio internacional al de la bodega se está convirtiendo en un reclamo extraordinario que hace que el turismo se multiplique en esta zona.

La bodega de autor es algo que ha comenzado a extenderse y que va a convertir a La Rioja alavesa en un auténtico museo arquitectónico, en un marco de naturaleza incomparable y con el motivo principal del vino exquisito de la región. La oferta es atractiva y el tirón empieza a notarse.

Desde marzo de 2002 puede visitarse en Laguardia la bodega Ysios. Delante de la magnifica sierra de Cantabria, Santiago Calatrava ha creado un edificio ondulante de madera y metal que recoge los rayos del sol y desprende un brillo visible a varios kilómetros a la redonda. La bodega, al amparo de esta nueva construcción, recibió 13.000 visitantes en 2003, y en la primera mitad de 2004 ya ha superado esta cifra.

No hay que hacer muchos kilómetros, de hecho en este mismo municipio, sobresale majestuosa en el cerro de La Mesa una gran barrica de 16 metros de altura y 56 de diámetro, obra del arquitecto francés Philippe Mazieres para Viña Real de Cvne. El edificio llama la atención desde la carretera y su fusión con el cerro hace presagiar un interior de lo más interesante.

La bodega, inaugurada oficialmente en julio, se puede visitar desde este mes de septiembre, aunque durante todo el verano se han acercado visitantes atraídos por el singular edificio, pero que se han quedado con las ganas de verlo.

En Laguardia hay muchas más bodegas. Heredad de Ugarte, por ejemplo, tiene un edificio excavado en la tierra que provoca, cuando menos, admiración, y para acompañar todo esto, existe un centro temático del vino. Además, para alojar al cada vez más numeroso turismo, ya se ha construido un hotel de cuatro estrellas que se suma a la, pequeña pero de gran calidad, oferta hotelera de la villa. La oficina de turismo del pueblo nota este fenómeno de la arquitectura del vino, y ni siquiera hay tiempo para contar el número de visitantes.