Gema Fernández
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La gente no busca la funcionalidad en los edificios, sino que escoge el sitio en función de su estado de ánimo”. Esta afirmación pertenece a uno de los arquitectos más influyentes de nuestro siglo, el japonés Toyo Ito, quien a la hora de abordar nuevos proyectos intenta colocarse en el lugar de los que allí van a acudir para darle ese toque especial que les haga sentirse bien.
Pero esta preocupación arquitectónica por el estado anímico de las personas no es nueva. El Feng Shui es una técnica decorativa oriental con un origen ancestral, aunque se ha puesto de moda en los últimos años. Según esta teoría, la colocación de cualquier mueble, el color de las paredes, los motivos decorativos... influyen mucho más de lo que pudiésemos pensar en nuestro estado de ánimo.
Recientemente, también se han hecho estudios sobre la influencia del entorno laboral en el rendimiento de un trabajador, y, por añadidura, en el resultado operativo de una compañía. Así, Aguirre Newman Arquitectura celebró recientemente unas jornadas en las que se llegó a la conclusión de lo indispensable que resulta trabajar en un lugar bien iluminado, con espacio suficiente para realizar las tareas, donde los elementos que nos rodean eviten las tensiones y fomenten las relaciones laborales.
La arquitectura está cambiando a todos los niveles: en las viviendas, en las oficinas, e incluso en los edificios públicos. Se tiende a lugares amplios, a los grandes ventanales, la luz y al empleo de materiales ligeros. Todo ello buscando agradar a los usuarios., y sin descuidar la belleza.