Infraestructuras

Carreteras, aeropuertos, y líneas ferroviarias, principalmente las relacionadas con los trenes de alta velocidad, son la gran apuesta de futuro de los gobiernos europeos, y en concreto, del español. Hasta el año 2020, la Unión Europea tiene previsto invertir 220.000 millones de euros en construir nuevas conexiones internacionales vía AVE, por ejemplo.

Mientras tanto, los Presupuestos Generales del Estado también se decantan por este tipo de obras, con una inversión total en infraestructuras para el próximo año de 114.000 millones de euros.
Si Aldoux Huxley, y muchos otros escritores que han recreado el mundo del mañana en sus libros tuviesen que volver a escribir algunas de sus novelas, seguramente incluirían vías ferroviarias que conectarían ciudades, países y continentes, bien bajo o sobre la tierra o bajo el mar, bien sostenidas en el aire. Los trenes viajarían a velocidades de vértigo y gozarían de todas las comodidades. Esa idea es la que guía a todos los gobiernos que están apostando en firme por trenes como el AVE de Sevilla, aunque los últimos intentos del Ejecutivo español (caso del AVE a Lleida), no han salido como se esperaba.
Eso sí, los más perjudicados si los trenes de alta velocidad siguen construyéndose a buen ritmo, uniendo ciudades y países, serán las líneas aéreas. Todo el mundo se queja de tener que estar en los aeropuertos una hora antes de embarcar para facturar el equipaje, eso si no hay overbooking y te quedas fuera. Además, en el avión apenas te puedes mover. El rey del transporte ha muerto, ¡viva el rey!