así lo ve/ Carlos López/ gestor de patrimonios de PENTOR, S.V.B.
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
- El debate de si hay o no burbuja inmobiliaria ¿es estéril?
- No, no es un debate estéril. Si ese debate existe es porque hay un ambiente de fondo que, si no evidencia la existencia de una burbuja, es indicativo de que existen esos síntomas. En mi opinión, la cuestión no es si hay o no una burbuja, sino en cómo pueden resolverse los problemas de la vivienda y, en concreto, cómo puede atajarse la subida de los precios que se viene registrando año tras año.
- ¿Y cómo puede atajarse?
- Volviendo a la pregunta inicial, se habla de una burbuja como sinónimo de boom. En mi opinión, no hay burbuja porque eso significaría que el mercado inmobiliario es una entelequia, que está llena de aire y que, en el momento que estalle, nos quedaremos con las manos vacías. Y no es así. El dueño de una vivienda es propietario de un activo inmobiliario que tiene un valor de mercado y que, tradicionalmente se revaloriza con el paso de los años. Eso seguirá siendo así, otra cosa es que el sector inmobiliario esté viviendo un boom que pueda estallar y dé paso a un crack.
- ¿Y hay riesgo de que eso ocurra?
- Depende de las actuaciones que se hagan a partir de ahora, desde el ámbito político al empresarial. Lo cierto es que la evolución de los precios es insostenible, y en algún momento tiene que frenarse. No creo que ese freno sea abrupto y que de ahí se pase a una caída de los precios; más bien considero la subida de los precios se irá frenando de forma suave, a medida que la demanda de vivienda vaya reduciéndose y, por lógica, la oferta se ajuste a esa demanda.
- ¿Y el suelo?
- Esa es la gran alternativa pendiente. El suelo representa la mitad del coste de una vivienda, y eso no es sostenible, porque luego hay que sumar los otros costes: materiales, mano de obra, licencias de obras, impuestos..., y si todo esto no se corrige, no habrá forma de que bajen los precios. Sólo con una voluntad política de liberalizar suelo y agilizar la gestión de las licencias de obra se podrá reducir el peso de estos dos componentes en el precio final, y eso hará que ese precio pueda ser inferior.
- ¿Y las medidas alternativas, como la promoción de alquileres baratos o el incremento del IBI para los pisos vacíos?
- Yo creo que son medidas bienintencionadas y sólo eso. Y digo que son sólo eso porque representan una ínfima parte del problema. Si un banco se lanza a la promoción de pisos de alquiler baratos está dirigiéndose a una minoría de los que quieren acceder a una vivienda. Y si una comunidad autónoma carga un 50% el IBI de los pisos vacíos, otro tanto de lo mismo. Las políticas de vivienda deben hacerse con amplitud de miras y con la vocación de atajar el problema de raíz, no de poner parches.