Podríamos afirmar sin titubeos que la pregunta del millón para los compradores potenciales es la siguiente: ¿estamos ante un panorama propicio para la compraventa? No es una pregunta baladí; la crisis del coronavirus ha generado incertidumbre en el mercado inmobiliario y la solución consiste en afrontar el horizonte con las mejores herramientas. La pandemia deja a su paso una grieta social y económica, pero no hay que ser alarmista: es fundamental estar alerta para volver a la confianza previa a la declaración del estado de alarma. Los hechos apuntan a un crecimiento del alquiler entre junio y julio en determinadas zonas geográficas españolas. Asimismo, los estudios afirman que son subidas moderadas y que no estamos ante una nueva burbuja inmobiliaria. Por otra parte, tras los últimos 10 años hemos aprendido a lidiar con los altibajos del sector. En cualquier caso, precipitarse no es un buen indicador, pero es conveniente observar cómo evolucionan los territorios de interés porque la realidad en cada provincia es muy diferente.
Por ejemplo, si nos detenemos en Castellón de la Plana, el metro cuadrado ascendió a 6,4 euros. Sin embargo, es la segunda capital de provincia de la Comunidad Valenciana más barata para vivir de alquiler. Además, situando el foco sobre pequeños municipios los precios descienden hasta un 20% y, en este momento, los entornos rurales son una apuesta segura. La región cuenta con rincones idílicos en el interior como Vilafamés o Morella, enclaves muy atractivos para el teletrabajador que ansíe tranquilidad, un cambio de rutinas y huir de la tensión de la urbe. Por si fuera poco, también supone una solución eficaz para luchar contra la despoblación. Del mismo modo, existen alternativas viables para quien desee emprender o adquirir una segunda residencia en la costa para obtener beneficios mediante el alquiler. Así pues, el interesado tiene en su haber multitud de oportunidades.
En el caso de Castellón, todo apunta a que hay vida más allá de esta crisis para el futuro propietario. Lo primero y recomendable es echar un vistazo a los numerosos portales online especializados, entre los que destaca la web de Haya Real Estate. Desde aquí, se accede a un extenso catálogo de pisos en venta en Castellón mediante un sencillo buscador por criterios (precio, ubicación, dimensiones). Haya Real Estate ofrece un servicio exclusivo y promociones únicas: nos topamos con un apartamento de 60 metros cuadrados que ha sufrido una rebaja del 33% con respecto a su precio original, tasándose en 32.000 euros. Este piso de segunda mano con salón-comedor y cocina es una auténtica ganga para el futuro dueño. Ref.7047970. Otro activo ideal para nuestro plan de ahorros es el siguiente: una vivienda de obra nueva en el agradable pueblo costero de Moncófar desde 77.000 euros con 3 habitaciones. Ref. ON1000005962. En definitiva, Castellón ofrece una amplia gama de ventajas para un nuevo comprador, más sereno y experimentado, que ha sabido cambiar sus preferencias y hábitos diarios. Así que sí, estamos en un buen momento para dar con la vivienda perfecta, pero también para afianzar nuestra calidad de vida.