Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La reordenación de la cúpula del BBVA recientemente anunciada ha pasado desapercibida enmascarada tras la "digitalización" del banco. Pero detrás hay mucha miga, según fuentes conocedoras de la situación. El movimiento de peones de Francisco González (FG) ha provocado una batalla interna de poder en la segunda entidad española.
Además, la sustitución de su histórico director financiero, Manuel González Cid, ha sido lamentada en el mercado por la buena imagen que tenía y su labor durante los turbulentos años de la crisis.
La reordenación de BBVA incrementa claramente el poder de tres personas, que están llamadas a gestionar el banco en la salida de la crisis y el inicio de la recuperación. La primera es Jaime Sáenz de Tejada, hasta ahora director de España y Portugal y considerado por algunas de las fuentes el "ojo derecho" de FG, que se ocupará de una nueva megadirección general que une estrategia y finanzas. La segunda es Carlos Torres Vila, que pasa de ser director de estrategia a situarse al frente de la nueva área de negocio llamada Banca Digital, que el banco está promocionando con fuerza de puertas afuera dentro de esa imagen de "banco tecnológico" que siempre ha pretendido proyectar. La tercera es Ignacio Deschamps, que proviene de la filial mexicana (la más importante del grupo) y pasa a llevar otra área nueva llamada "de líneas globales de negocios minoristas y América del Sur".
El más amenazado por este movimiento, según las fuentes consultadas, sería Ángel Cano, el consejero delegado. "Ángel ve cómo le ponen justo debajo tres directivos con un enorme poder, muy ambiciosos y con aspiraciones a sucederle en un plazo no demasiado largo", explican. Esta interpretación, no obstante, no es compartida por el grueso del banco. Así, fuentes relevantes consideran que "Cano gana tiempo con este movimiento y logra tener a Torres por debajo, porque hasta ahora ocupaba una posición fuera de su control en dependencia directa de FG".
De los tres promocionados, el gran favorito para un eventual ascenso en el futuro es Sáenz de Tejada. "FG le está dando un tour por todas las áreas del banco. Ha estado en Latinoamérica [Perú], ha estado en banca corporativa, ha llevado banca minorista y ahora se va a ocupar de financiero. De esta forma, le tiene completamente preparado para que sea su próximo consejero delegado", según otra de las fuentes. Tan volcado está en sus nuevas funciones que se cayó del cartel del Encuentro Financiero organizado por Deloitte la semana pasada, donde iba a intervenir en un panel con varios directores de red de otras entidades españolas. Fue sustituido por Fernando Sobrini, de Bankia.
Sea como fuere, todas las fuentes consultadas, tanto internas del banco como de antiguos profesionales de la entidad coinciden en que FG ha provocado una batalla de poder en el segundo escalón del BBVA. "En esto se parece a Botín, al que le encanta la competencia interna entre los directivos del Santander porque considera que eso hace avanzar el banco. Ahora FG está copiando ese modelo, y habrá que ver si esta batalla consigue ese objetivo en el BBVA o paraliza al banco con luchas internas", explica una de estas fuentes.
Lamentos por la salida de González Cid
Otra de las coincidencias generales es que BBVA pierde un enorme activo con el relevo de González Cid, formalmente "ascendido" a "adjunto al presidente para temas estratégicos". "Cid es el responsable de haber mantenido a flote a BBVA en todo el marasmo, él ha lidiado con los Decretos Guindos, con la reclasificación de los refinanciados y, sobre todo, ha conseguido vender el banco a los inversores como una historia de éxito y de crecimiento", según una de las fuentes citadas. Es innegable que tenía un gran cartel entre los analistas y los grandes inversores.
¿Por qué ha tenido que dejar su puesto, entonces? Según algunas de estas fuentes, llevaba demasiado tiempo en el cargo –12 años– y es normal renovar la dirección cada cierto tiempo. Según otras, "había que hacer hueco a Sáenz de Tejada; FG estaba decidido a que pasara por el área financiera y eso requería sacar de ahí a Manolo".
Lo que no cambia en BBVA es el poder de FG. El banquero de Chantada, de 71 años, mantiene su ascendente total sobre la entidad. El ejemplo más claro fue su decisión de no ceder la presidencia en 2009 a su entonces número dos, José Ignacio Goirigolzarri (actual presidente de Bankia), tal y como habían acordado, lo que significó la salida de este del banco con la tercera mayor pensión de la historia empresarial española. "FG mueve a los peones pero nadie cuestiona su liderazgo. Todo cambia para que todo siga igual", concluyen las fuentes.