La falta de suelo urbanizado y el alto precio del metro cuadrado está obligando a las empresas a idear nuevas fórmulas para vivir. Una compañía científica, DuPont TM de Nemours, y el diseñador berlinés Werner Aisslinger aprovechan los tejados planos de los edificios para instalar casas personalizadas móviles.
El tejado de cualquier edificio de oficinas del centro de una gran ciudad, o el techo plano de una nave industrial podrían convertirse en un moderno 'pisito' de soltero muy 'soleado'; en el 'romántico' primer hogar de una joven pareja, o en el centro de trabajo de un ejecutivo 'nómada'. El diseñador alemán Werner Aisslinger ha creado, en colaboración con la empresa francesa DuPont TM Nemours, una casa móvil a la que han denominado 'loftcube'.
El concepto del proyecto está basado en el aprovechamiento de los tejados planos de los edificios para viviendas temporales. "Los tejados son suelo urbano sin aprovechar que se podría utilizar y comercializar -señala Aisslinger-. Constituyen un tesoro de lugares soleados en el centro de las áreas urbanas", concluye uno de los creadores de esta idea.
Esta casa-cubo tiene una superficie de unos cuarenta metros cuadrados (6,60 metros x 6,60 metros), y una altura de tres metros, y se coloca a 1,20 metros de la azotea. Es extraordinariamente compacta: se puede transportar y y depositar desde un helicóptero sobre el solar elegido.
Está formada por cuatro paneles lisos y el arrendatario es libre de escoger el color, el material y la resistencia al viento de las superficies. Para ello, podrá elegir entre persianas móviles, elementos de cristal, u otros materiales sólidos o perforados. El grado de translucidez de las ventanas también puede ser ajustado para satisfacer el gusto personal. Para completar el efecto y dar mayor luminosidad al espacio, podría abrirse una claraboya en el techo.
Se compone de un espacio abierto que puede ser dividido por paneles de doble cara diseñados por DuPont, que se deslizan sobre pistas y que crean la forma básica del espacio para vivir: un salón, cocina, una habitación y un baño. Pero el verdadero lujo de este hogar móvil es la piscina (opcional) en el tejado, con terraza incluida para ver las más románticas puestas de sol, darse regeneradoras sesiones de natación o broncearse al sol.
Para instalar uno de estos loftcubes, se requiere primero una extensión de los servicios básicos del edificio, es decir, luz, gas, agua, teléfono..., y asegurar después el perímetro del tejado con rieles para acomodar la nueva vivienda, que está diseñada para ofrecer la máxima resistencia al viento, y no exceder en peso la capacidad de la azotea.
Esta fantástica casa móvil cuesta unos 55.000 euros, sin incluir el transporte ni la decoración. La opción de transporte más cara incluye un helicóptero de carga que podría llevar el loftcube de un lugar a otro, pero existe la posibilidad de emplear una grúa o incluso desarmarlo para llevarlo de diversas maneras. Lo más económico es el alquiler.
Ahora, la cuestión clave es saber si los inversores se atreverán a alquilar tejados y a acondicionarlos para este tipo de casas móviles. Aisslinger ha presentado su proyecto en el festival berlinés de diseño DesingMai y las reacciones iniciales han sido positivas. "Cuando se trata de alquilar propiedades existentes sin grandes inversiones, los propietarios siempre están interesados", dice el diseñador alemán.
Lejos de ser una utopía, los loftcubes representan, según Aisslinger, una posibilidad perfectamente viable. Quizás esté a punto de empezar la colonización de los tejados urbanos.