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Barcelona, capital de la precaución

Roberto Pastrana | Lunes 20 de octubre de 2014
4/11/2008.- La Ciudad Condal alberga una nueva edición del Barcelona Meeting Point, marcada por la profunda crisis económica. Con una reducción llamativa en la superficie dedicada al residencial, el salón de este año mira hacia el exterior. Los inversores que visitan la feria buscan operaciones a buen precio y, sobre todo, que impliquen poco riesgo. La cautela vuelve a presidir los cálculos sobre oportunidades y peligros.

Barcelona es el escaparate de España. Durante los cinco días en los que se celebra el BMP la mirada del sector inmobiliario estará vuelta hacia una de las ferias más emblemáticas del panorama español, que se enfrenta este año a la coyuntura más sombría desde su creación, hace diez años. Los inversores afrontan la edición de 2009 bajo el lema de máxima precaución y mínimos riesgos. La falta de liquidez, la principal preocupación de compradores y vendedores, impone austeridad en todos los subsectores, empezando por el residencial.

El espacio dedicado a la vivienda se ha reducido este año a la mitad. El parón del mercado ha llevado a muchas empresas a acudir con llamativas ofertas y promociones. Enfrente se encontrarán a compradores más cautelosos que en ediciones anteriores. Este patrón se repite en todos los casos, ya sea para el residencial como para otros productos inmobiliarios.

Diversas fuentes del mercado coinciden en que la demanda existe y, de hecho, es más fuerte por el efecto del embalsamiento de los últimos meses. Este afán comprador se refleja en la rapidez con la que las buenas oportunidades son absorbidas. Sin embargo, estos casos son los menos y, pese a las dificultades para dar salida al stock, los vendedores se resisten a bajar sistemáticamente los precios.

Los ojos en el extranjero.
Si los compradores particulares rastrean la feria en busca de buenas ocasiones para poner su dinero, lo mismo puede decirse de los inversores y promotores. La atonía del mercado catalán y, por extensión, del español, está haciendo que las empresas que aún tienen autonomía para iniciar nuevos proyectos estén volviendo sus ojos hacia el exterior. “En nuestro despacho de abogados llevamos meses notando que las consultas sobre urbanismo y nuevas operaciones han decrecido con respecto a las que tienen que ver con asesoramiento en el extranjero”, explica Alex Tintoré, socio de Lexland Abogados. Tintoré apunta al mercado marroquí, con Casablanca a la cabeza, como uno de los destinos que están llamando más la atención.

Y es que lo internacional está de moda, ahora que los activos españoles han entrado en una fase de incertidumbre. Los organizadores afirman que la presencia de expositores internacionales ha registrado una evolución positiva. Con Panamá a la cabeza, ya que actúa este año como país invitado, promotores de diferentes puntos del planeta mostrarán las fortalezas de sus respectivos mercados. Además de su oferta, profesionales de Rusia y Brasil explicarán cuáles fueron las claves para que sus países se sobrepusiesen a las crisis que sufrieron hace años.

La importancia de la ubicación.
Los dos ingredientes principales para salir del atolladero parecen ser liquidez y confianza. El primer elemento tarda en llegar, pese a las medidas puestas en marcha por diferentes gobiernos. Respecto a lo segundo, la confianza en un futuro mejor, tampoco parece que haya demasiada. Las consultoras confirman que los inversores se decantan preferentemente por operaciones sin riesgos. En vivienda, los pisos que menos han notado la crisis en su precio son los inmuebles céntricos o bien situados.

Algo similar está ocurriendo con la oferta terciaria. Los analistas de Cushman & Wakefield apuntan que los interesados en adquirir oficinas para alquilar a terceros apuntan al corazón financiero de la Ciudad Condal. Van buscando oportunidades que les den seguridad “mediante buenas ubicaciones, contratos largos y altos índices de ocupación”, indican desde la consultora.

Si el aforismo inmobiliario coloca la ubicación como uno de los valores principales de un terreno, la crisis actual está demostrando lo acertado de esta expresión. Los activos que menos notan la crisis son los que están bien situados. La regla es aplicable a diferentes subsectores, ya sea para inmuebles terciarios como para viviendas. Así, los distritos con más prestigio de Barcelona (Sarriá Sant Gervasi y Les Corts) siguen siendo los más caros de la Ciudad Condal, tras un tímido ajuste. Lo mismo ocurre en la industria, en donde el descenso medio del 5% en los inmuebles situados en el Baix Llobregat se sitúan a distancia del 7% que tienen que aceptar los propietarios de Bages, debido a su alejamiento de Barcelona.

Mientras las oficinas y las naves industriales se preparan al impacto de la crisis a lo largo de 2009, el mercado logístico en Cataluña se mantiene firme. En una situación mucho más complicada está la vivienda en Barcelona.

El portal Idealista.com afirma que en septiembre la capital catalana encadenaba seis trimestres seguidos de bajadas, con el agravante de que en el último trimestre se vivió “la mayor caída desde que Idealista comenzó a analizar este mercado”, recalca la web. “El precio actual está situado ya por debajo del que se registraba en el cuarto trimestre de 2005”, remacha.