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Raphael Nagel

DIFERENCIAS ENTRE ALEMANIA Y ESPAÑA

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
CEO de Areal Developers

No son pocas las diferencias entre el mercado alemán y el mercado español. Casi tantas como la propia diferencia entre culturas porque, aunque estamos en una economía global, los rasgos locales están también muy presentes en la actividad empresarial. En estos momentos, el mercado inmobiliario alemán se está resintiendo de la crisis financiera, pero presenta también algunas características que pueden ayudarle a afrontar las aguas revueltas con más garantías que otros mercados.

La principal característica del mercado alemán es su estabilidad, lo que permite al inversor que tiene un buen conocimiento del terreno alcanzar rentabilidades interesantes y muy seguras. Es imprescindible también estar bien asesorado: un acuerdo con un socio local, que conozca la legislación alemana, muy diferente a la española, puede ser una buena alternativa.

El último estudio del Deutsche Bank sobre el mercado inmobiliario alemán dejaba claro que la situación global podía afectar al sector. De hecho, se prevé que el número de inversiones en 2008 sean inferiores a las de 2007 pero superiores a las realizadas en 2005, cuando el país atravesaba una dura crisis económica.

En Alemania, las cifras de construcción son reducidas en comparación con lo que se ha vivido en España durante los últimos años y eso permite que la nueva oferta pueda ser asumida por la demanda sin excesivas dificultades. La capital, Berlín, es un buen ejemplo de la evolución del país. Tras años de dificultades, presenta oportunidades de inversión, especialmente en los inmuebles de uso terciario.

El turismo, el comercio, las oficinas y las naves industriales son ámbitos donde se registra una buena actividad y se presentan oportunidades tanto para la revitalización de edificios ya existentes, actividad en la que Areal Developers está especializada, como para las nuevas promociones.

A diferencia del mercado español, Alemania ha visto cómo durante los últimos diez años el precio de la vivienda residencial se ha mantenido estable, en parte por el reajuste producido durante el proceso de reunificación y en parte por la estabilidad del sistema que ya hemos mencionado. En el periodo de 2000 a 2007, los precios en Alemania estuvieron congelados mientras que en otros países como España e Irlanda, crecieron un 300% y un 342% respectivamente.

Esta situación es similar en el ámbito de los edificios de uso terciario y, por supuesto, no ha pasado desapercibida para los inversores internacionales que han ido tomando posiciones en los últimos años. El año 2004, por ejemplo, Morgan Stanley adquirió 48.000 propiedades inmobiliarias que pertenecían al grupo industrial Thyssen, por 2.100 millones de dólares. Al año siguiente, la firma británica de private equity Terra Firma adquirió 150.000 pisos que eran propiedad de la empresa energética E.ON por 7.000 millones de dólares.

Alemania sigue siendo, a día de hoy, un país que atrae aquella inversión inmobiliaria que, desde el excelente conocimiento del mercado, huye del exceso de riesgo y valora la obtención de rentabilidades razonables.