Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
24/04/2008.- El Centro Tecnológico del Calzado de la Rioja ofrece servicios de asesoramiento e investigación a las empresas del sector para mejorar su competitividad mediante la formación, la calidad y el diseño
No todo es vino en la Rioja. Las ventas al extranjero de las empresas de calzado de la región superaron los 150 millones de euros en 2007, un mercado que crece a pasos agigantados y que ya constituye su segunda actividad comercial. Gran parte de culpa la tiene el Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja, que en su primer año de funcionamiento se ha convertido en un referente en la investigación y asesoría para que las compañías del sector apliquen las técnicas más avanzadas a sus productos y puedan competir, ofreciendo calidad e innovación en el diseño, contra la “invasión” proveniente de China y Marruecos.
Ubicado en una parcela de 2.286 metros cuadrados en un polígono industrial de Arnedo, localidad que ya era conocida como “la ciudad del calzado”, el centro está rodeado de un entramado de naves industriales, cerradas y opacas. A diferencia de sus alrededores, se trata de un edificio poroso y permeable. La fachada que lo rodea a modo de cesta permite vislumbrar las actividades que se desarrollan en el interior, dándole el toque público que la instalación requiere, y proporcionando luminosidad y amplitud a cada estancia. Su diseño arquitectónico sobrio y emblemático lo distingue como el núcleo neurálgico del sector.
Sus casi 2.000 metros cuadrados útiles se distribuyen en tres plantas. El sótano, de 400 metros cuadrados, está reservado para los archivos y almacenes. La planta baja, de 990 metros, y la superior, de 570 metros, albergan cada una zonas de investigación y desarrollo tecnológico, laboratorios, áreas de formación para desarrollar los recursos humanos de las empresas asesoradas, y zonas de servicios generales con despachos y salas de reuniones.
La organización del edificio conduce al visitante desde las zonas de acceso y vestíbulo principal hasta las más técnicas y privadas a lo largo de corredores abiertos, acristalados y transparentes que se cruzan con pasillos perpendiculares, todo ello salpicado de patios ajardinados. Su sistema estructural modular y prefabricado reduce los costes de mantenimiento y se combina para dar a cada área personalidad propia, adaptándolas a las necesidades del momento gracias a su anchura variable.
Bota o zapatilla, una talla más o una menos, en definitiva, el Centro Tecnológico del Calzado predica con el ejemplo y ofrece un diseño innovador que se ajusta a las necesidades funcionales.