Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
23/07/2008.- Las nuevas instalaciones de la televisión china que darán cobertura a los Juegos Olímpicos de 2008 son dos de las emblemáticas construcciones con las que Pekín quiere sorprender al mundo
Casi sin tiempo para celebrar el éxito de España en la Eurocopa de fútbol, ya está aquí el otro evento deportivo del verano: los Juegos Olímpicos de Pekín. La capital de China se engalana para el próximo 8 de agosto cuando den inicio las competiciones. El objetivo es demostrar a los países extranjeros su gran avance modernizador, al menos en lo que al desarrollo de infraestructuras se refiere, y para ello no han escatimado esfuerzos en llevar a cabo obras faraónicas que dejen con la boca abierta al mundo. A los hitos arquitectónicos de la nueva terminal del aeropuerto de la ciudad, diseñada por Norman Foster, del Estadio Olímpico con forma de cesta, más conocido como “el nido”, o del nuevo Centro Acuático Nacional, cuyo exterior se asemeja a un cubo de agua, se añaden ahora las nuevas instalaciones centrales de la televisión estatal china.
Ubicadas en una gran plaza de 20 hectáreas en pleno Distrito de Negocios de Beijín, se componen de dos megaedificios de formas imposibles. El más emblemático de ellos, el CCTV, será la nueva sede de la televisión china. Sus casi 465.000 metros cuadrados de superficie construida lo convierten en uno de los edificios más grandes del planeta. En él se instalarán las oficinas centrales y de administración del medio, estudios para la producción de programas e informativos, y servicios de retransmisión. Este rascacielos de 234 metros y 54 pisos no pretende competir en altura, sino en diseño, rompiendo el contaminado sky line de Pekín con una silueta futurista y tridimensional. La torre está formada por dos construcciones en forma de L ligeramente inclinadas, que se “besan” en la zona superior con un ángulo de 60 grados, creando un lazo esquinado que deja una gran abertura en el centro.
Diseñado por el arquitecto holandés Rem Koolhaas, ganador del premio Pritzker en 2000, y por el alemán Ole Scheeren, del estudio Office for Metropolitan Architecture (OMA), el CCTV dará trabajo a 10.000 personas y estará funcionando las 24 horas del día.
Adyacente a esta torre, en la gran plaza de Media Park, el Centro Cultural de Televisión (TVCC) se eleva 194 metros del suelo. Es una impresionante estructura metálica que parece plegarse hasta configurar un perfil irregular. Su superficie estriada permitirá evitar los reflejos demasiado intensos del sol y arrastrar el agua de lluvia hacia el suelo. Sus 95.000 metros cuadrados de superficie construida darán cabida al centro internacional de transmisión para los Juegos Olímpicos, además de un hotel de cinco estrellas, un teatro de 1.500 plazas, cines digitales y estudios de grabación.
Tanto el CCTV como el TVCC estarán sólo parcialmente operativos durante la celebración del evento. Más de 3.000 empleados se encargarán de cubrir las competiciones y de ofrecer 2.500 horas de programación a través de los 17 canales que controla la cadena. Para la ocasión, desaparecerán los tradicionales 30 segundos de retardo con los que emite la televisión china a modo de censura, para controlar todo aquello que “atente” contra el régimen. Los dos rascacielos serán los ojos del mundo durante dos semanas.