Se inaugura un nuevo espacio peatonal en la capital aragonesa
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La plaza Eduardo Ibarra, ubicada junto al estadio de fútbol de Zaragoza, contará con un aparcamiento subterráneo de 1.505 plazas. Las dificultades técnicas encontradas para construir el estacionamiento demoraron meses la entrega de los trabajos, lo que también elevó el coste de las obras hasta los 32 millones de euros.
La nueva plaza zaragozana Eduardo Ibarra, ubicada en el residencial barrio de La Romareda, luce ya junto al estadio de fútbol tras dos años de obras y más de tres millones de desfase sobre el presupuesto previsto, que finalmente ha ascendido a 32.000.000 euros. Este nuevo espacio peatonal, de 25.000 metros cuadrados de superficie, incorpora además un aparcamiento subterráneo de 1.505 plazas.
Las complicaciones técnicas de la construcción del aparcamiento han sido algunas de las causantes de un retraso de diez meses, como también el descuadre presupuestario, que se compensará con la ampliación del plazo de concesión del aparcamiento (de 35 años a casi 40).
Este nuevo espacio peatonal dispone de un quiosco municipal destinado al ocio juvenil y otros tres que explotará la concesionaria Isolux Corsán. La nueva plaza ciudadana cuenta también con un restaurante, una terraza y una agencia de viajes, que se ubican en un espacio que anteriormente sólo tenía un uso de aparcamiento a cielo abierto.
El espacio se completa con una zona de juegos y más de 400 árboles, además de un conjunto escultórico de Manuel Hernández Moltó denominado "El Florero". El arquitecto responsable de la obra, Diego Cano, ha elegido además unas farolas que buscan recrear "un efecto bosque".
En cuanto al aparcamiento subterráneo, de las 1.505 plazas, 150 se destinarán a residentes y habrá acuerdos con el Real Zaragoza y el Auditorio de la ciudad, que son dos de los centros que articulan la actual plaza Eduardo Ibarra.
Portavoces de la contratista justificaron también el retraso en la entrega de la obra en la necesidad de ajustarse al ritmo de la adaptación de las redes de suministros como las telefónicas y en la necesidad de asegurar durante todo el tiempo la circulación rodada en vías como Violante de Hungría.
Tras la esperada inauguración, los responsables municipales han destacado que esta mejora en el entorno de La Romareda se enmarca en el proceso de transformación que vive Zaragoza en el año de la Exposición Internacional que se está celebrando en la ciudad.