FIRMAS

Esperanza Aguirre, a ritmo de Shakira

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Que el Congreso arrancara a ritmo de los compases musicales de Shakira y con una estrella indiscutible: Esperanza Aguirre, piropeada y aclamada por los dos mil quinientos compromisarios nada más pisar el Palacio Municipal de Ifema, da una idea del tono y hasta del fondo del Congreso del Partido Popular madrileño. Lo más comentado y lo más discutido fueron la música y las letras de las canciones (desde Shakira hasta Abba) con que el regidor del plató acogía a los dirigentes que subían al estrado. Hablar de rivalidades, ambiciones y traiciones, simplemente no tocaba. Todo muy festivo y sin un mal gesto ni reproche, pese al jarro de agua fría que había arrojado horas antes Alberto Ruiz Gallardón sobre uno de los proyectos estrellas anunciados por Esperanza Aguirre para la Comunidad de Madrid; la salida a Bolsa del Canal de Isabel II.Exultante y sin dar muestra alguna de malestar por el varapalo de Gallardón a su proyecto, un golpe que ha abierto el camino a otras muchas “rebeliones” de alcaldes socialistas y de IU, la presidenta del PP madrileño se limitó a calificar de “discrepancias puntuales” las palabras del alcalde con quien compartió risas y confidencias durante todo el cónclave. Y es que, por encima de todo, el pasado fin de semana se trataba de no dar alas a ningún titular de prensa, ni debate mediático que evidenciará la más leve fisura entre los “rivales” más polémicos de las filas populares. Uno y otro flanqueando en la clausura a un Mariano Rajoy que se dejó querer como la estrella más ilustre del cónclave que ha vuelto a coronar, en esta ocasión con un 96, 34 por ciento de votos, a Aguirre como lideresa del partido madrileño. Sí el sábado se aclamaba a Rajoy, el viernes no faltaron entusiastas ovaciones a Rodrigo Rato (luciendo renovado look), que volvió a demostrar el predicamento que todavía conserva en el PP de Madrid. Otra vieja gloria del partido que suscitó el fervor de los populares fue Francisco Alvarez Cascos, que como prueba de su amor y fidelidad a las siglas llegó a besar la credencial. Más no se podía pedir, ¿o sí?, pues la presencia de María Porto, su mujer, aplaudiendo a rabiar a la presidenta madrileña fue muy del agrado de la guardia de corps de Aguirre, entre ellos Francisco Granados, que compartió confidencias con la pareja. Rostros del pasado, pero también del hoy y puede que del futuro del PP, entre ellos Francisco Camps o Dolores de Cospedal, está última declarándose “alumna”, muy aventajada todo hay que decirlo, de la presidenta, aunque la pupila volviera la espalda a su protectora, cuando está confrontó con Rajoy antes del Congreso de Valencia. Claro que de ésto, ni una palabra tampoco, pues los hombres y mujeres del equipo de Aguirre estaban decididos a hacer lo posible y lo imposible por escenificar unidad contra dejar claro que el partido de la “lideresa” trabaja con “pico y pala” (Aguirre, sic) para dar solución a los problemas de los madrileños y que es más españolista que nadie. Sí en el recién celebrado Congreso del PSOE madrileño hubo una larga noche de vigilia para situar los nombres de la Ejecutiva, en el PP ha quedado claro que los encajes de bolillo, que haberlos haylos, se hacen con antelación al Congreso, que es, simple y llanamente, para exaltar al líder y mostrar la cara más amable y festiva del partido. Hasta 75 personas –además de los diputados y senadores nacionales por Madrid- ha colocado Aguirre en el Comité Ejecutivo Regional, incluyendo a los alcaldes de los municipios de más de 50.000 habitantes, La única excepción ha sido el ex vicepresidente segundo, Alfredo Prada, que sin embargo estuvo en el Congreso con su mejor sonrisa. Y como en los nuevos modos del PP madrileño no parece haber lugar para recordar afentas (se comenta que obligada por Rajoy), por estar, están incluso aquellos que en algún momento han mos-trado alguna oposición a la presidenta, como el ex alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega (Estudios y Estadísticas), los ex portavoces de Getafe, José Luis Moreno (Nuevas Tecnologías) y Guadalupe Bragado, o los marianistas Fátima Núñez y Mercedes de la Merced. Los gallardistas no quisieron ningún puesto, aunque Manuel Cobo y el propio Gallardón son miembros natos.El núcleo duro del Comité ejecutivo seguirá dominado por los hombres: Ignacio González (Presidente del Comité electoral), Francisco Granados (secretario general), Javier Fernández Lasquetty (Estudios y Programas) y Juan José Güemes (Comunicación), además de la incorporación de Borja Sarasola, jefe del Gabinete de Aguirre en el partido, además de hombre de confianza del vicepresidente de la Comunidad, que ocupará la secretaría de Política Territorial, encargada de las negociaciones con los ayuntamientos.Las mujeres han quedado un tanto relegadas en el nuevo poder popular madrileño, ya que tan sólo Anabel Mariño, secretaria de Organización, y Eva Durán, de Acción Electoral, ocupan cargos más efectivos. La designación de Gádor Ongil, tercera en el organigrama popular, como nueva vicesecretaría general suena más a compensación por haberla quitado la Consejería de Servicios Sociales que a otra cosa. Lo mismo que Beatriz Elorriaga en Acción Social o Ana Botella en la Secretaría de Sectorial. Cristina Cifuentes, que ostentaba antes la Secretaría Territorial ha pasado a presidir el Comité de Derechos y Garantías.