El runrún de Habitat

En los últimos días apareció en la prensa de confidenciales un ingenioso título que jugaba al doble sentido con la palabra hábitat y el sector inmobiliario. Es un síntoma de que crece el runrún alrededor de la inmobiliaria catalana que preside Bruno Figueras. Los inversores andan inquietos, al igual que los interesados en la marcha del sector. Quieren conocer, anhelan datos que les den pistas de por dónde irá el futuro, tanto de la una como del otro.
La junta extraordinaria de accionistas de Habitat no sirvió para mucho. A pesar del interés mediático y de los propios accionistas, la reunión se resolvió con resultados poco visibles. Hubiese sido una gran ocasión para anunciar el cierre de un acuerdo con los bancos que están atosigando a la inmobiliaria con los costes del préstamo que pidió para comprar Ferrovial Inmobiliaria. Sin embargo, no pudo ser. "Pero lo seguimos intentando", vendría a ser la conclusión de la cúpula directiva.
Los responsables de la empresa no pueden esconder que Habitat pasa por una situación delicada, pero proclaman a los cuatro vientos su convicción en que cerrarán la financiación de la deuda antes de que acabe enero. Tal afirmación puede ser interpretada como un síntoma de que las negociaciones con las 38 entidades bancarias están avanzadas, pero los rumores que llegan apuntan en dirección contraria.
De hecho, en el nuevo Consejo de Administración vemos que entra como independiente Juan José Brugera, un viejo conocido del sector. En antiguo consejero delegado de Colonial pasa por ser un experto tanto en el inmobiliario como en las finanzas. Vamos, que el nuevo fichaje replica la tendencia de las promotoras en reforzar los lazos con una banca cada vez más recelosa de lo que huela a ladrillo. Lo mismo hicieron Astroc, en su día, e Inmocaral (hoy Colonial, qué coincidencia). Hay que decir que los resultados que han obtenido estos dos ejemplos no han sido muy brillantes. Veremos si Brugera puede ser la excepción que confirma la regla.