FIRMAS

Vendavales políticos en el Sur

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Las aguas de la política bajan más que revueltas, cenagosas en Leganés y Móstoles. El cisma que se vive en el municipio mostolense en la sede socialista ha ido incrementando su magnitud conforme avanzaba la legislatura, hasta convertirse en toda una declaración de guerra entre Paz Martín, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento y Mariano Bonilla, secretario de Organización local de este partido. Una lucha intestina que acaba de tener su particular traslación al Consistorio de Móstoles, donde seis ediles, de los diez con que cuenta esta formación, incluido el coordinador del grupo, Luís García, se han enfrentado a Martín por el cese de la secretaria del grupo, finalmente dimitida por el alcalde, Esteban Parro.
Sin aliados en la agrupación ni en su grupo municipal (desde ambos lados se pidió su dimisión tras la debacle electoral), puede decirse que Martín, a la que encumbró Rafael Simancas como candidata de Móstoles en los pasados comicios, está sola ante el peligro y con escaso, más bien nulo, margen para proyectarse como nueva líder del PSOE en esta localidad, en la que, por otra parte, el Partido Socialista lleva años a la deriva. ¿Y el secretario general del PSM? se pregunta más de uno. A Tomás Gómez no se le espera en este lodazal, más bien evita retratarse en cualquiera de los conflictos abiertos en su partido, ardua tarea que ha delegado en el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles, y, por tanto, no ha hecho atisbo alguno para reforzar ni a uno ni a otro de los protagonistas de esta pelea fraticida.
Ningún gesto tampoco para poner paz en Leganés, donde el alcalde, Rafael Montoya, sigue sufriendo su particular vía crucis con los críticos de su partido. De puertas para fuera se intenta proyectar una aparente normalidad, pero las bisagras de esta agrupación y su gobierno local continúan chirriando por las desavenencias internas. El único consuelo para los socialistas leganenses, más que nada por aquello de que mal de muchos…, es que en la casa popular no es que falte engrase es que el PP está en estos momentos literalmente patas arriba en este municipio.
El PP de Leganés, no sólo está dividido en al menos cuatro sectores, si no que además carece de un liderazgo que pueda dar cohesión a las fragmentadas filas populares. Jesús Gómez, el “paracaidista” que envió Aguirre para infiltrase en la candidatura de Guadalupe Bragado, no despierta grandes simpatías en una parte significativa de los populares leganenses, aunque el vendaval se ha desatado cuando éste, en su calidad de portavoz municipal del Partido Popular, ha modificado la alineación del banquillo (el símil futbolístico es del propio Gómez), arrinconando a los partidarios de Bragado. La dimisión de esta como presidenta del partido local, quien dicho sea de paso tiene más tirón popular que simpatías en el partido (se dice que como Directora General de Juventud ha tendido ya algún encontronazo con su jefe, el consejero de Deportes Alberto López Viejo), ha echado más leña al fuego del PP de Leganés, que no parece que pueda remontar el vuelo, pese a que sus oponentes, el PSOE e IU, no están para muchas fiestas. ¿Y en Getafe, Fuenlabrada o Alcorcón? Pues en el primero el PP tiene serias dificultades para ganar espacio al PSOE de Castro, mientras que en los otros dos municipios los descafeinados liderzgos que existen no parece que puedan hacer sombra ni a Robles ni a Cascallana.