Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
En estos momentos por los que pasa el sector inmobiliario, el que se llevará el gato al agua y saldrá indemne de la actual situación será el que se muestre fuerte, el que haya establecido una buena estrategia en los momentos anteriores en los que se pagaba lo que fuera por un suelo y el que haya diversificado a tiempo en producto, actividad y situación geográfica.
Así, durante los últimos dos años hemos visto como las empresas más grandes han tomado posiciones con el pensamiento puesto en los tiempos que se avecinaban. Tenemos claro el ejemplo de Rafael Santamaría, al frente de Reyal Urbis, que ha buscado con la suma de las dos empresas tener un grupo fuerte con producto diversificado y con presencia en una gran parte de provincias españolas. También debemos tener presente el crecimiento progresivo que ha impulsado Luis Portillo a su grupo de empresas, con las sucesivas incorporaciones de Inmocaral, Colonial y Riofisa, y su posicionamiento en FCC. La empresa de la familia Nozaleda, Nozar, además del crecimiento de su propio negocio, ha buscado inversiones en diversos grupos inmobiliarios, la última la realizada la semana pasada al ampliar su participación en Colonial. Un caso singular ha sido el de Astroc que, tras un desproporcionado crecimiento en Bolsa, vivió un derrumbe que ahora puede ver el final del túnel con la fusión emprendida de la empresa con Rayet Promoción y Landscape, que va a dar lugar a un nuevo gran grupo inmobiliario, con Félix Abánades (Grupo Rayet) como accionista mayoritario, acompañado por la familia Nozaleda. Abánades ha sido otro de los empresarios que mejor ha sabido leer e interpretar la evolución del sector. El presidente de la nueva Martinsa-Fadesa, Fernando Martín, también tiene claro que debe basar su estrategia en la diversificación, tras haber conseguido formar un gran grupo inmobiliario.
El año que está próximo a finalizar ha sido muy interesante en cuanto a movimientos corporativos y, el que viene, puede ser similar.