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Horarios comerciales

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Sobre la liberalización de los horarios comerciales entre los comerciantes hay opiniones para todos los gustos, mientras los usuarios se inclinan por que sean cada vez más amplios para que les permitan comprar cuando deseen.
La Comunidad de Madrid es la más generosa en apertura en domingos y festivos, con propuestas para que los comercios con más de 300 metros cuadrados pasen de 20 a 22 días y que haya libertad para los de menor superficie, cuando en la mayoría de las restantes regiones la apertura se limita a ocho días al año.
La Confederación de Empresarios madrileños (Ceim) apoya esta opción, pero la Confederación de Empresarios del Comercio Minorista (Cecoma) no está de acuerdo, aunque la considera un mal menor ante la posibilidad de una libertad total. La Confederación Madrileña de Comercio protesta porque esta medida no estaba en el programa electoral del PP y cree que beneficia a las grandes superficies. En esta línea, los sindicatos argumentan que los empleados no pueden soportar horarios maratonianos.
Para los consumidores, cuanta más amplitud de horarios y aperturas en domingos y festivos, mejor, porque lo que abunda no daña y a mayor libertad, mayor competencia. Frente a los que opinan que la libertad de horarios perjudica al pequeño comercio, la realidad es que en Madrid ha aumentado el número de comercios de barrio, mientras que en una región tan restrictiva como Cataluña han disminuido.
El comercio debe estar al servicio del cliente y no al revés. Los horarios deben tener en cuenta las necesidades de muchas familias para las que resulta difícil comprar en los horarios habituales.
Es comprensible la actitud de muchos comercios familiares que no pueden contratar personal para hacer frente a horarios más amplios o a abrir en días festivos sin poner en riesgo la viabilidad de la empresa. Lo que deberán hacer, además de poner al día sus estructuras comerciales, es adaptar sus horarios a las necesidades de su clientela, que pueden variar según los barrios o zonas. Pero la liberalización no debe limitarse al comercio, sino extenderse a la Sanidad, a la Banca y a la propia Administración.