AUTONOMÍAS

CATALUÑA.- 15/11/2007 Transforman un monasterio en un centro de arte y ocio

Josep Ferrer | Lunes 20 de octubre de 2014
Caixa Manresa ha invertido 71 millones de euros para transformar el monasterio milenario de Sant Benet de Bages (Barcelona) en el complejo cultural, turístico y de ocio más importante del centro de Cataluña. Para lograrlo han sido necesarios cuatro años de obras y la colaboración de un sexteto de arquitectos.

“Es un proyecto atrevido, de un cierto riesgo, pero una apuesta de futuro ambiciosa que dará éxitos muy pronto”, indicó el presidente de la Generalitat, José Montilla cuando se inauguró el complejo. Estas palabras iban dirigidas a Caixa Manresa, que ha convertido al monasterio de Sant Benet de Bages, una de las joyas del románico catalán más desconocidas por el gran público, en un punto obligado de peregrinación.
En la transformación de este entorno, que se abrirá al público de manera gradual las próximas semanas, han intervenido seis arquitectos. La restauración del monasterio benedictino, que data del año 967, trabajo que se ha realizado de manera muy minuciosa y en estrecha colaboración con los responsables patrimoniales de la Generalitat ha sido obra de Josep M. Esquius y Francisco Javier Asarta.
La Fábrica, bautizada así porque antes había unas antiguas dependencias fabriles, la ha levantado Josep Benedito. Se trata del punto de entrada al conjunto y acoge la recepción general, el servicio didáctico, talleres, tienda, bar-restaurante y un espacio para convenciones. A su lado se ha rehabilitado la antigua casa del propietario, que aún no tiene un uso definido.
La Fundació Alicia es un edificio de Lluís Clotet e Ignacio Aparicio marcado por las transparencias dedicado a la experimentación culinaria y a la difusión de buenas prácticas alimenticias, con Ferran Adriá y Valentí Fuster al frente. Detrás de Alicia se encuentra el Hotel Món, obra de Miquel Espinet, de cuatro estrellas y con 80 habitaciones. Uno de los atractivos será el restaurante L’Angle, regentado por Jordi Cruz. El edificio, orientado al monasterio, reinterpreta la estructura monacal emulando la configuración de los claustros antiguos, ya que se cierra hacia un jardín interior. Tanto el hotel como la Fábrica se cogestionarán con el World Trade Center.