Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha afirmado que en nuestro país delinquir sale muy barato y tiene muchas menos consecuencias que hacerlo en otros países de la Unión Europea.
Es malo que delinquir en España sea barato, pero peor que salga gratis, porque hay muchos delitos contra la propiedad y las personas que quedan impunes porque no se denuncian o no se localiza a los delincuentes. En ocasiones, los meritorios esfuerzos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se malogran por falta de medios o por una legislación obsoleta, permisiva o insuficiente. De no haber sido por las denostadas cámaras de vídeo, la salvaje agresión a una menor ecuatoriana en un vagón de cercanías en Barcelona hubiera quedado impune.
Los castigos deben ser proporcionales a la gravedad del delito. Junto a la prevención y disuasión se necesitan sanciones justas, y resulta inconcebible que delincuentes reincidan en robos y agresiones para salir en libertad en poco tiempo. Como ha señalado Esperanza Aguirre, los poderes públicos deben legislar para los ciudadanos honrados, que no tienen por qué sufrir la delincuencia.
Queda el tema de la inmigración, que se presta a la demagogia. Las estadísticas demuestran que, en proporción, el mayor número de delitos en nuestra Comunidad corresponde a inmigrantes. Pero esto no puede hacer olvidar que la gran mayoría de ellos —en nuestra región alcanzan el 10% de la población y proceden de 170 nacionalidades diferentes— trabaja honradamente y ha contribuido de forma eficaz al crecimiento de la economía.
Detener y castigar a los delincuentes e impedir la actuación de las mafias extranjeras corresponde a nuestras autoridades. Si la legislación es permisiva, que se cambie para que prevalezca la justicia. Y, sobre todo, que las fuerzas políticas no hagan bandera partidista de un tema tan fundamental para la convivencia ciudadana como la seguridad.