Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (Barcelona) ha conseguido el compromiso del Ministerio de Fomento para soterrar la autopista B-23, la antigua A-2, a su paso por el núcleo urbano de la población. Las obras que podrían empezar en el 2009, supondrán una inversión de 250 millones de euros.
El Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (Barcelona) ha elaborado junto a técnicos de la delegación de Fomento en Cataluña un proyecto que ha de permitir acabar con la barrera que divide el municipio en dos partes desde hace cuatro décadas. Con esta propuesta “queremos eliminar el impacto visual, acústico y de contaminación que nos supone el paso de la autopista por nuestro término municipal”, según indicó la alcaldesa de Esplugues, la socialista Pilar Díaz. Con el soterramiento de la B-23 se conseguirá también “vertebrar los barrios de la ciudad que ahora están separados”.
La alcaldesa tiene muy claro que lo que se tiene que hacer es soterrar la autopista tal y como se ha hecho con la Gran Vía en Barcelona y l’Hospitalet, en la Ronda del Mig de la capital catalana o se está haciendo con las vías del tren en Terrassa y l’Hospitalet. “Queremos que desaparezcan los puentes y que la autopista pase siete metros soterrada y con viales laterales”, dijo Díaz quien no se plantea que la ciudad pase por encima de la autopista, es decir, cubriéndola tal y como se hará en la autovía de Castelldefels, la C-31, a su paso por el Prat de Llobregat.
La propuesta que se ha presentado a Fomento contempla dos posibilidades. La más ambiciosa “y la que nos gustaría que se hiciera”, prevé cubrir 2.200 metros de autopista, entre el inicio de la B-23, debajo del puente de la Ronda de Dalt, en la Diagonal de Barcelona, hasta el puente de TV3. La otra plantea el cubrimiento de 1.200 metros, justo el paso por la zona urbana de Esplugues.
Con este soterramiento se conseguirá un gran espacio lineal que se convertirá en zona verde “tal y como hemos hecho en el Parc de la Solidaritat”, en la Ronda de Dalt”, dijo Díaz, quien confía que en el 2012 sea una realidad “el proyecto más ambicioso de los que hemos hecho en los últimos años en Esplugues”, ya que supondrá cambiar totalmente la fisonomía urbana de la ciudad.
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