Cercanías regionales

Si el Gobierno de la nación concede la gestión de la red ferroviaria de cercanías a Cataluña, debe hacer lo mismo con Madrid. Es de justicia. Lo contrario sería una discriminación inadmisible hacia nuestra región. En este tema, parecía que tanto el PP como el PSOE regional estaban de acuerdo, y de hecho figuraba en el programa electoral de Simancas. Pero su estrepitosa derrota electoral, ha hecho que los socialistas, sin volverse atrás, sean partidarios de dar largas al asunto. Y condicionan el traspaso de competencias al gobierno madrileño a que no se utilice con fines electoralistas o propagandísticos.
La gestión de los trenes de cercanías puede ser buena, y entonces sería lógico que fuera aprovechada por el PP como uno más de sus logros en la gobernación de la comunidad madrileña, o mala, en cuyo caso se volvería en contra de los futuros gestores. Pero todo hace pensar que, para los madrileños, cuanto más próximo esté el gestor, mejor.
El problema es que los madrileños estamos cansados de que el Gobierno de la nación no actúe con nuestra región dándola la importancia que ésta tiene en el conjunto del Estado español. La cicatería en las inversiones estatales en la Comunidad de Madrid es, cuanto menos, sospechosa. Pero si pensaban que con esta especie de marginación iban a conseguir que los madrileños, ante la posibilidad de una mayor atención gubernamental, votaran al PSOE, les ha salido el tiro por la culata. Las inversiones estatales en materia de obras públicas e infraestructuras deben hacerse en función de las necesidades y de la importancia demográfica y económica de la región, y no del partido que gobierne en cada una de ellas.
Es normal que los madrileños se pregunten por qué a Cataluña sí y a nuestra región no en esta materia. El Gobierno de Zapatero debe tomar buena nota de lo que ha ocurrido en las últimas elecciones municipales y autonómicas en nuestra región. A poco que se descuide le puede ocurrir algo parecido en las próximas elecciones generales.