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Gigantes endeudados hasta las cejas

El proceso de fusiones y compras deja un rastro de abultados créditos sindicados entre decenas de bancos

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
21/06/2007.- Las constructoras e inmobiliarias han perfilado un nuevo escenario bursátil a golpe de fusiones y adquisiciones, que han creado grandes grupos empresariales. Estas corporaciones pelean por el liderzgo recurriendo a una estructura cada vez más potente y diversificada, pero también más endeudada. La confianza de los bancos en el sector ya no es inquebrantable. Por su parte, la Bolsa está demostrando ser una vía de financiación con muchos riesgos.

Luis M. Lianes
Madrid

En los últimos meses, el sector inmobiliario ha vivido agitado por una corriente de movimientos sísmicos que lo han desdibujado y vuelto a dibujar. Ahora, recompuesto, la correlación de fuerzas ha cambiado sustancialmente. Han surgido nuevos gigantes que se codean con los de siempre, unos y otros endeudados hasta las cejas en su afán por crecer y diversificarse. En este proceso, protagonista destacado ha sido Luis Manuel Portillo, que desde una empresa familiar se ha alzado a la primera posición del ránking en España y a una posición de privilegio en Europa.
Su ascensión comienza con la venta de su participación en Metrovacesa con pingües plusvalías. Con ese dinero, toma el control de Inmocaral y se rodea de accionistas de referencia como Alicia Koplowitz o Rafael del Pino padre. Desde Inmocaral, se ofrece a La Caixa para comprarle su participación mayoritaria y no estratégica en Colonial. Pero no acaba ahí el asalto de Portillo. El siguiente bocado fue Riofisa, la inmobiliaria de la familia Losantos, que sacaron a Bolsa para engordarla y venderla.
A tiempo, Banesto y Reyal se juramentaban para comprar-venderse Urbis. Con esta compra, Rafael Santamaría daba un paso de gigante para estar entre los grandes y Ana Patricia Botín conseguía al fin que le pagaran lo que pedía y el mercado siempre consideró desproporcionado. Ese mismo día, la constructora gallega San José anunció la compra de Parquesol, que también acababa de estrenarse en Bolsa.
Pero la corriente corporativa fue más intensa. Casi en paralelo, Fernando Martín, recién salido entonces de la presidencia del Real Madrid, aprovechó la corriente para lanzar una opa sobre Fadesa, la inmobiliaria gallega que la familia Jove no tardó en aceptar: los 4.000 millones de euros que ofreció Martín eran más de doble de lo que valía Fadesa cuando comenzó a cotizar, tres años antes.
Días de agitación que han supuesto un vuelco de un sector que sigue dominado por Metrovacesa. Al menos, hasta que no se consume la escisión.


ACS: el rey del ladrillo y del kilowatio.- El grupo presidido por Florentino Pérez ha mostrado un comportamiento ejemplar que le ha llevado a liderar el sector y convertirse en uno de los primeros grupos de Europa. La integración de Dragados fue el paso decisivo en construcción y servicios. Pérez fue uno de los primeros del sector en apostar por el sector eléctrico y ahora se ha convertido en la llave de próximos movimientos corporativos, gracias a su doble presencia en Unión Fenosa e Iberdrola.

Acciona: piensa en verde.- El último lustro en Acciona ha sido el del relevo generacional. De padres a hijos. Su graduación al frente del grupo fue pensando en verde. José Manuel Entrecanales apostó de forma decidida por las energías alternativas y, gracias a esa apuesta, consiguió una destacada visibilidad mediática para el grupo y para él: una estrategia muy rentable en Bolsa porque lo verde cotiza al alza. El paso definitivo –al menos por ahora– ha sido el asalto a Endesa en alianza con la italiana Enel.

Sacyr: uno de los nuestros.- De la sexta constructora del sector a la tercera en poco más de cuatro años. El primer paso fue la integración de Vallehermoso, que le abrió las puertas del sector inmobiliario y de la Bolsa. A partir de ahí, una frenética actividad compradora: autopistas, Repsol y, el último paso, el salto a Francia a través de Eiffage. La mancha de mora del Luis del Rivero fue el frustrado asalto al BBVA, hace ahora dos años.

Ferrovial te da alas.- También en este tiempo, Rafael del Pino Jr se ha consolidado como un sólido gestor. Su apuesta estratégica ha sido la gestión de aeropuerto, sector en que se ha convertido en líder mundial gracias a la compra de la británica BAA, que entonces doblaba su capitalización bursátil. Su otra apuesta de crecimiento han sido las concesiones de autopistas, canalizada a través de su filial Cintra, colocada en Bolsa con notable éxito. Hoy, gestiona destacadas concesiones en Estados Unidos y Canadá.

FCC: crecimiento orgánico.- Ha pasado del primer grupo del sector por capitalización bursátil al quinto y ha perdido el liderazgo por facturación y beneficios. Tras su ruptura con la Vivendi de Jean Marie Messier, FCC se ha mantenido al margen de la corriente de movimientos corporativos y compras protagonizadas por los otros grupos y ha optado por un crecimiento orgnánico lento, pero seguro. Esa estrategia la ha acusado en Bolsa: aunque su comportamiento ha sido muy positivo, no deja de ser discreto con relación al de sus rivales.

Metrovacesa: auge y escisión.- Ha vivido un periodo de vértigo. En ese tiempo, la inmobiliaria controlada por Joaquín Rivero se ha aupado a la primera posición del sector en España y ha disparado su precio en Bolsa: de 22 euros en 2003 llegó a tocar un máximo en 134 euros. El último episodio ha sido la escisión de la compañía, fruto de la guerra fraticida librada entre los dos principales accionistas: Rivero-Soler y la familia Sanahuja. El futuro de Metrovacesa queda vinculado a los Sanahuja y el de Rivero-Soler pasa por Francia.

Colonial: la nueva reina.- Tras la escisión de Metrovacesa, Colonial se ha aupado a la primera posición del ránking. O, mejor dicho, la nueva Colonial, segregada de La Caixa y que es hoy el paraguas que integra el emporio inmobiliario creado por el empresario sevillano Luis Manuel Portillo y en la que se integra Inmocaral y Riofisa. Controlada por Portillo, con un 38%, y un grupo de accionistas formado por Nozaleda, Alicia Koplowitz, Rafael Santamaría y Díaz de Mera –con un porcentaje similar– suma activos inmobiliarios valorados en 9.500 millones de euros, pero también una deuda de 8.000 millones.

Fadesa ya no fala galego.- También ha sido intenso el último tramo de la historia de la inmobiliaria creada por Manuel Jove. Salió a Bolsa en 2004 con un éxito relativo, pero consiguió más que duplicar su valor bursátil, circunstancia que aprovechó Jove para venderla. Se la vendió a Fernando Martín (Martinsa), por 4.000 millones de euros. Dentro de Martinsa, Fadesa se convertirá en su ariete internacional gracias a su experiencia en los mercados de la Europa del Este, Marruecos y Portugal, en los que fue pionera.

Urbis: joyas en otras manos.- Las joyas de la abuela no se venden... hasta que se venden. Banesto aprovechó el boom del mercado inmobiliario para desprenderse de la histórica participación mayoritaria que mantenía en Urbis a un precio que el mercado consideró desorbitante. Desorbitante ha sido su evolución en Bolsa: de 7 euros en 2004, a comienzos de año tocó un techo histórico por encima de 34. No fue mala la apuesta para Rafael Santamaría. La nueva Reyal Urbis es ya –tras la escisión de Metrovacesa– una de las tres grandes del sector.

Astroc: auge y caída.- La de Astroc ha sido una historia de vértigo que convierte en un tíovivo la más tortuosa montaña rusa. Fue la sensación de la fiesta bursátil: en siete meses de andadura en el parqué pasó de 6,77 euros a 72,70. Su alma mater, Enrique Bañuelos, consiguió aunar en su accionariado a lo más granado: desde Amancio Ortega a Nozaleda o Abánades. Pero el castillo de naipes se desplomó y hoy Astroc es lo que fue Terra en los años de la euforia puntocom. Los accionistas de referencia han apartado a Bañuelos e intentan recuperar los restos del naufragio.