Los empresarios del sector canalizan sus compromiso social a través de fundaciones

Algunos de los nombres que salpican la lista de las mayores fortunas del planeta son los mismos que encontramos en la de los mayores filántropos. Este es el caso de Warren Buffett. El llamado oráculo de Omaha cuenta con una forutna valorada en más de 35.100 millones de euros, que pasará a su muerte a cinco fundaciones.
Salvando las distancias, pero con los mismos objetivos, en nuestro país, los nombres propios del sector inmobiliario y de la construcción, han sabido seguir el ejemplo y muestran un activo compromiso con una sociedad que les ha hecho llegar hasta la posición de la que disfrutan. Ya sea para beneficiarse de ventajas en el tratamiento fiscal, para canalizar sus actuaciones de responsabilidad social corporativa o por iniciativa personal de sus presidentes y fundadores, las fundaciones se han convertido en un denominador común desde el que dan rienda suelta a sus inquietudes culturales o financian proyectos de investigación científica.
Ejemplo destacado de esta faceta social de empresas y empresarios es Esther Koplowitz, que desempeña esta labor de forma directa y personal, ajena al grupo constructor del que es máxima accionista. Lo mismo sucede con Rafael del Pino y Moreno. El fundador de Ferrovial se embarcó hace ya tiempo en un proyecto personal, una fundación que lleva su nombre enfocada a la formación de futuros líderes.
Los ejemplos que aquí destacamos son sólo la punta del iceberg de los muchos esfuerzos que se realizan desde el sector para difundir el patrimonio cultural o mejorar la calidad de vida de los colectivos más desfavorecidos. Entre los más recientes se encuentra la compra por parte de Abertis de una obra de Picasso, valorada en cinco millones de euros, y su posterior cesión al Estado en depósito, en concepto de dación que permite el pago de impuestos a través de la adquisición de patrimonio artístico. Posteriormente, el Ejecutivo lo ha cedido al Museu d´Art Nacional de Catalunya (MNAC) para que sea expuesto al público.
Otra entidad que desempeña una labor igual de importante es la Fundación ACS, heredera de la Fundación Dragados, que aunque no cuenta con sede propia, sí funciona, al igual que la mayoría, de manera independiente del grupo constructor y de servicios que preside Florentino Pérez.