Crisis en Estados Unidos

El mercado inmobiliario en Estados Unidos anda revuelto, tras una nueva caída en la venta de viviendas que hace pensar en una grave crisis. En España estamos lejos de esta crisis, al menos a corto plazo, pero deberían aprender los promotores de sus causas y consecuencias. En nuestro país el mercado se mantiene más o menos estable aunque se hayan alargado los plazos de venta. Ya no se despachan pisos sino que hay que establecer unas buenas estrategias de venta. Y, lo que es más importante, hay que definir un buen proyecto, con una compra de suelo acertada, dar con las tipologías demandadas en la zona y presentar un buen precio. Hay empresas que compraron suelo a precios disparatados que ven como ahora, que han descendido ligeramente las ventas, tienen que darle salida y venderlos a otras ya que no pueden afrontar su desarrollo. Pero, a pesar de esto, no se puede hablar de que haya crisis en el sector inmobiliario español, sino que las cosas ya no son tan fáciles como lo han sido en los últimos años.
Los que siguen muy vivos son los movimientos corporativos en el sector. Una vez consumada la salida de la familia Jove de Fadesa y la llegada a la presidencia de Fernando Martín, el buen camino seguido por la compra de Riofisa por parte de Luis Portillo, la separación de Metrovacesa y Gecina, y la asimilación de Urbis y Ferrovial Inmobiliaria por parte de Reyal y Hábitat, respectivamente, el mercado se mantiene a la expectativa sobre cuál será el próximo movimiento. Los últimos que se han producido son de compraventa de paquetes accionariales, pero que no incluyen cambio de control en la dirección de las empresas.
Pero ya está en el ambiente que algún movimiento más se va a producir. Es más, hay alguna inmobiliaria que ya ha pasado por los despachos de potenciales compradores pero que no ha fructificado al considerar su precio muy elevado. Es bueno que exista interés por las empresas inmobiliarias porque eso significa que el sector se mantiene vivo.