La industria de materiales de construcción “digiere” el nuevo plan de asignaciones
La primera lectura del suscita un optimismo "razonable"
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
30/11/2006.- Los fabricantes españoles de cemento, ladrillos y tejas estudian las repercusiones del Plan Nacional de Asignaciones 2008-2012, que recorta las emisiones de la industria a 73,6 millones de toneladas de CO2. Las patronales posponen su valoración a la espera de un análisis más profundo del Real Decreto, aunque algunas voces del sector se muestran razonablemente satisfechas por los cambios introducidos.
España llegará al año 2012 con un nivel de emisiones de CO2 de 152 millones de toneladas al año. Así lo recoge el nuevo Plan Nacional de Asignaciones que ha diseñado el equipo de Cristina Narbona para el periodo 2008-2012 y que recoge una reducción del 16% frente al plan que está actualmente en vigor.
Las exigencias para las industrias son más severas, ya que el recorte de asignaciones se sitúa en el 20% de media. El Gobierno ha recordado que este mayor esfuerzo es necesario, ya que las actividades productivas suponen el 45% del inventario nacional.
El mayor recorte los sufren las eléctricas, que pasan de 85,4 millones de toneladas de CO2 al año a 54. Sin embargo, los fabricantes de materiales de construcción también se verán afectados, ya que son grandes consumidores de combustibles fósiles. Los empresarios de estos sectores están estudiando detenidamente el PNA presentado para ver sus posibles implicaciones. A pesar de que patronales como la de productos cerámicos no quieren aventurar una opinión hasta conocer a fondo las condiciones del nuevo PNA, fuentes del sector se declaran razonablemente satisfechos tras una primera lectura del Plan presentado por Medio Ambiente.
Uno de los puntos que había suscitado más beligerancia por parte de las empresas de materiales de construcción era la asignación en función de las emisiones históricas. En opinión del sector, esta política era benevolente con las industrias más contaminantes mientras trataba con rigor a las que más se habían esforzado por reducir su impacto medioambiental.
El nuevo PNA basa el reparto de derechos en la intensidad de emisiones por unidad de producto. “Es un sistema más equitativo”, sostiene Manuel Soriano, director de desarrollo sostenible de Holcim, quien a pesar de todo hubiese deseado un criterio basado en producto final. “Este sistema recorta mucho nuestra capacidad de reducir las emisiones por innovación”, sostiene Soriano.