Tirón de orejas a la europea

En un país como el nuestro, tan aficionado al buen llantar, ha llegado el carnét por puntos para desbaratarles a muchos la copita de sobremesa. Del mismo modo el Ejecutivo europeo, tan aficionado a dejarse llevar por las bondades de la globalización, ha venido a frenar el afán proteccionista del Gobierno español. Y es que la cosa tiene su guasa, porque resulta que Bruselas nos quiere multar por el trato que le damos al inversor extranjero. Parece que no nos basta con estudios como el que recientemente ha hecho la Cámara de Comercio de Mallorca, Ibiza y Formentera, en el que se demuestra el provecho que obtenemos de la visita de los extranjeros, especialmente si juegan al golf, ya que generan mayores gastos. Nosotros seguimos tratando mal a los que quieren dejarse su dinero aquí.
El motivo de la disputa que ha originado la reprimenda comunitaria no ha sido otro que el trato fiscal discriminatorio que hace la ley española sobre las plusvalías en la venta de acciones de empresas establecidas en España entre los ciudadanos españoles y los comunitarios. En diciembre de 2004 el Tribunal de Justicia de la UE condenó a España por infringir la normativa comunitaria que asegura la libre circulación de capitales y la libre prestación de servicios, puesto que el régimen fiscal era menos favorable para las plusvalías generadas con la venta de acciones negociadas en otros Estados, que para las vendidas en los mercados españoles.
Después de un largo proceso de alegaciones y recursos, ahora la Comisión Europea, liderada por el ibérico José Manuel Durao Barroso, ha iniciado un segundo procedimiento de infracción contra España, por no haber modificado la dichosa ley sobre las plusvalías.La norma explica que las plusvalías derivadas de la venta de acciones compradas antes de enero de 1995 gozan de una exención del 25%, exención que se reduce al 14,28% si son valores no españoles.