La enseñanza destruida

El mundo está lleno de mensajes insólitos. Cada vez cuesta más colocar una historia en la prensa, o en los medios de Internet, tan alto está el listón de las sorpresas. Llevo unos días haciendo la ronda en torno a la entrevista de la Kampush. Me desconcierta la riqueza de su lenguaje. Maneja más palabras que un estudiante de la ESO, aunque también es verdad que ha tenido que verbalizar una experiencia atroz, para ponerle la luz del lenguaje. Natasha construye frases de una arquitectura gramatical mucho más compleja que nuestros estudiantes, y sin embargo no ha manejado móvil, ni se le ha permitido chatear. No entiendo nada.
Para compensar mi aturdimiento he leído estos días “El legado de la LOGSE”, un estudio que les recomiendo, sobre todo si tienen hijos y les preocupa su futuro, que son dos cuestiones que no siempre van aparejadas. Los trenes de nuestra educación se escapan. Nuestra enseñanza media está a la cola de Europa por sus resultados. Francisco López escribe armado de un aparato estadístico apabullante. Pero lo más importante viene escrito en un texto objetivo, es decir sin adjetivos, y sin color político. Hemos fracasado. La igualdad se ha conseguido a base de bajar el nivel, de perjudicar a los que obtienen resultados más altos. A la postre, el resultado de la búsqueda de la igualdad ha sido la desigualdad, con altos índices de abandono y una falta de motivación que presagia, en el caso de que exista voluntad de ponerle remedio, unos cuantos años de pobres cosechas. Hace años las clases bajas utilizaban la enseñanza como trampolín para sus hijos. Hoy nuestro sistema reparte entre todos la misma mediocridad, lo que supone de hecho que los que aspiran a escalar peldaños en la estructura social, se han quedado sin escalera.
El libro está lleno de verdades objetivas, por tanto de perplejidades, en este mundo en el que a cualquier cosa se le llama conocimiento. Basta una muestra: un alumno de la enseñanza concertada le sale al Estado mucho más barato que uno de la pública. Pero hay más. Vayan al capítulo donde se cuestiona la importancia de la inversión económica. A partir de un nivel de gasto, los aumentos del presupuesto no van acompañados de mejora en los resultados escolares. Nuestro penúltimo lugar en la jerarquía de preparación de nuestros alumnos no se debe al dinero. Hay comunidades ricas, como Baleares, donde el fracaso escolar es abrumador, y hay otras menos acomodadas, como Castilla y León, que obtienen, con menos recursos, mucho mejores resultados. Después de leer “El legado….” entiendo que el domingo pasado, en su segunda edición, los telediarios de la primera abrieran con el curso escolar, y dejaran para otras teles el renacimiento del terrorismo callejero.