Veraneo en Madrid

Son cientos de miles los madrileños que salen de la capital desde la segunda quincena de julio y a finales de agosto. Pero son más los que se quedan, y se evitan el gasto, en muchas ocasiones excesivo, que representa trasladarse a la playa o a la montaña, y en pagar alojamientos que en esta época suelen subir, como suben los productos de consumo en las zonas turísticas.
El verano en Madrid ofrece grandes oportunidades para disfrutar de vacaciones sin salir de la capital o los alrededores. El que hace ya bastantes años fue presidente de la Diputación, y hacía las funciones de gobernador civil en Agosto, el Marqués de la Valdivia, es autor de una frase que se ha hecho celebre: “Madrid, en verano y sin familia, Baden-Baden”.
Hoy podemos decir que Madrid, en verano, con o sin familia, puede ser mucho mejor que Baden-Baden, siempre que no tengamos que acudir al trabajo. Podemos combatir el calor saliendo en las horas más frescas, aprovechar la canícula para disfrutar de la piscina y acudir a los numerosos espectáculos, muchos de ellos gratuitos, que nos ofrecen los Veranos de la Villa, y los festejos en distintas localidades de nuestra Comunidad. Entre otros aspectos favorables, el tráfico es más fluido, aunque cada vez se note menos la diáspora vacacional, y los establecimientos que permanecen abiertos resultan más cómodos a la hora de hacer las compras.
Desde hace ya varios años, tanto Ayuntamiento como empresarios se esfuerzan en conseguir una oferta atractiva para madrileños y visitantes en estas fiestas veraniegas. El problema es que el comercio de barriada cierra sus puertas en estos días, para disfrutar a su vez de las vacaciones.
Cada vez éstas más limitadas, porque se dejan días para disfrutarlos en otras épocas del año. Las familias con hijos en edad escolar tienen que utilizar las semanas no lectivas para irse de vacaciones. Pero el resto puede dejar los viajes para otros períodos menos congestionados, y veranear en Madrid, que puede resultar mas atractivo de lo que pudiera parecer. Y más barato, algo a tener en cuenta en estos momentos de incertidumbre, por no decir temor, ante el futuro económico.