Las mentiras electorales
El alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, prometió en la pasada campaña electoral que las obras de la M-30 se harían
sin necesidad de cortar esta importante vía de la ciudad.
Claro que una vez vista la realidad casi mejor que la hubieran cortado porque así ya sabes a que te arriesgas y no pasa lo que les
ha sucedido en los últimos días a miles de automovilistas del Sur, que se han visto atrapados por un monumental atasco en la Glorieta de San Vicente del que nadie les había avisado.
Los técnicos prometieron que el túnel estaria cerrado solo el fin de semana y lo ha estado prácticamente toda la semana. ¿Fallo de los técnicos o de los políticos?
En la campaña electoral todos los partidos prometieron solucionar el problema de la antigua cárcel de Carabanchel.
La realidad es que la cárcel se ha convertido en un estercolero y un inmenso campo para que los grafiteros campen a sus anchas,
lo cual no está mal pues no hacen mal a nadie y puedan expresar sus ideas sobre la pared.
Los vecinos tienen razón. Han sufrido por la cárcel, que ha partido el barrio. Eso sí que es una herida, como le gusta decir a Alberto Ruiz-Gallardón.
Las asociaciones piden que el suelo, miles de metros cuadrados, se utilice para equipamientos sociales y no para construir pisos de lujo, que sin duda es lo que harán las promotoras si el Gobierno central decide subastar el terreno para construir pisos.
La ministra de la Vivienda, María Antonio Trujillo, tiene la oportunidad de demostrar que realmente vale para algo su cargo.
Si lograra que los terrenos de la cárcel fueran para viviendas sociales y equipamientos para el barrio me demostraría que su cargo vale para algo.
Hasta ahora su papel en la Comunidad de Madrid ha sido absolutamente ridículo.Esperemos que por una vez, José Luis Rodriguez
Zapatero dé a Madrid algo que es suyo y no continúe con el olvido o castigo a que tiene sometidos a los madrileños por votar al
Partido Popular.