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Mangado gana el concurso del Palacio de Congresos de Palma

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El diseño del arquitecto navarro Patxi Mangado para el Palacio de Congresos será el que finalmente se construya en la fachada marítima de Palma. Su proyecto ha sido elegido entre cuatro finalistas, entre los que se encontraban el laureado Rafael Moneo y el luso Eduardo Souto de Moura.
Un edificio construido a base de aluminio, vidrio y marés, con una altura máxima de 20 metros y una capacidad para unas 3.000 personas ha sido el anteproyecto elegido por el jurado para el diseño definitivo del futuro Palacio de Congresos de Palma, entre cuatro diseños finalistas de los ocho que se habían presentado.

La elección estuvo muy ajustada entre el proyecto de Mangado y el del mallorquín Antonio Barceló. Los otros dos proyectos finalistas fueron los elaborados por el portugués Eduardo Souto de Moura y el también navarro Rafael Moneo.

Una muralla con vistas al mar
Mangado califica su propuesta para el Palacio de Congresos como “dos trazos de muralla desposeídos de su densidad física, pero dotados de intensidad funcional y significación arquitectónica”. Uno, el orientado al norte, contiene todos los servicios de apoyo a los usos principales, también los accesos de suministro y personal. Pero el más importante, el orientado al sur y al mar, será una fachada de cuatro metros de profundidad, que rememora la densidad de las murallas y evita la iluminación directa del interior, pero que permite ubicar escaleras, algunas mecánicas, que conforme se suben o bajan dejan ver el horizonte marítimo. Estos elementos de comunicación se manifiestan al exterior, como grandes pantallas de vidrio incrustadas en el conjunto de la trama.

La materialización de todo el conjunto pretende, por un lado, utilizar la luz de Palma y crear un sistema de reflejos y sombras marcadas. Por otro, se idea configurar un “gran pez” yaciente, varado a la orilla del mar, de formas y geometrías definidas, pero de tránsito suave, que viene a explicar la geometría continua de la propia cubierta, sólo vaciada en el jardín colgante del restaurante, que aparece como un gran mirador con vistas directas al mar y sobre el bulevar costero. En la fachada sur las escaleras se proyectan en el exterior en forma de cajas de vidrio reflectante obtenidos a partir de las superficies de cristal tratado con proyección de zinc que dibujan grandes ‘caballitos de mar’ que se ven desde la distancia.

El futuro edificio estará compuesto por un centro de congresos de unos 17.500 metros cuadrados de superficie, que contará con una zona comercial que estará conectada por una pasarela con una de las plantas del hotel, de 10.500 metros cuadrados. Una de sus principales características será la fachada que da al paseo marítimo de Palma que, con una profundidad de cuatro metros y elaborada con grandes paneles de vidrio, permitirá a los visitantes del inmueble “relajarse mirando al mar”, según el autor.

Espacio para los ciudadanos.- El complejo contará, además, con un espacio público de 545 metros cuadrados, divididos en dos parcelas, y dos aparcamientos, y dispondrá de una terraza y un bar en su parte superior, también de cara al mar. Tendrá un auditorio principal con capacidad para 2.000 personas, y diversas salas flexibles que se adaptarán al tipo de evento que tenga lugar en el edificio. Su estructura permitirá a los ciudadanos atravesarlo para llegar hasta la primera línea de playa.

Para el revestimiento del auditorio se proponen vidrios laminares mateados con espejo en su interior, colocados y superpuestos uno sobre otro, como escamas de pez, que impiden que el sol se proyecte directamente sobre el interior. El recubrimiento de la cubierta y la fachada sur se ejecutan en piedra de marés.

El decano del Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares (COAIB), Luis Corral, que formó parte del jurado, ha explicado que los ocho proyectos finalistas se dividían entre aquellos que buscaban una “figura representativa de la ciudad” y los que,perseguían su integración en la fachada marítima sin competir con el “hito extraordinario que define Palma, que es la Catedral”. La relación entre los proyectos y el polígono de Levante, donde se ubicará, y entre el centro de congresos y el hotel, han sido dos aspectos relevantes a la hora de elegir el ganador.
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