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Accesos de Madrid construye también 29,3 kilómetros del arco oeste de la vía de circunvalación M-50

Fomento inaugura las R-3 y R-5 con dos años de retraso y una inversión de 564 millones

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Febrero terminará con dos nuevas radiales de peaje abiertas al público. La R-3, Madrid-Arganda del Rey, y la R-5, Madrid-Navalcarnero, han supuesto una inversión de 564 millones y han sido realizadas por la concesionaria Accesos de Madrid, que también está construyendo 29,3 kilómetros del arco oeste de la vía de circunvalación libre de peaje M-50, en la que se han invertido 349 millones. Estas autopistas han tenido que superar graves problemas políticos, técnicos y hasta de expropiaciones para poder ser inauguradas con más de dos años de retraso e incrementos de presupuesto.
R.G.Parra/P.Sola.

Madrid

La próxima semana quedarán inauguradas, con más de dos años de retraso, las autopistas de peaje de acceso a Madrid R-3 y R-5 que, junto a los 29,3 kilómetros del arco oeste de la M-50, han supuesto una inversión total de 913 millones.

Estas obras han sido realizadas por Accesos de Madrid Concesionaria Española S.A., consorcio integrado por FCC, ACS, OHL, Sacyr Vallehermoso, la antigua Iberacesa (Iberpistas y Acesa), ahora Abertis, la Empresa Nacional de Autopistas (ENA), con un 23,34% del capital, y Caja Madrid, con un 20%. El 100% de Accesos lo tiene Alazor Inversiones, una sociedad creada en 2000 por los mismos socios.

La concesionaria se adjudicó estas obras en septiembre de 1999 por un presupuesto de 816,07 millones, que finalmente ha sumado casi 100 millones más. Tanto el retraso en la inauguración como el incremento presupuestario corren en detrimento de la sociedad, pues el plazo de concesión de 50 años comenzó en el momento de la adjudicación.

Precedentes.- Los planes de Rafael Arias Salgado, ministro de Fomento entre 1996 y 2000, sobre las radiales madrileñas se vinieron abajo estrepitosamente cuando las grandes constructoras rechazaron hacer gratis los nuevos tramos de la M-50 y sus conexiones con la autopista, en los plazos previstos, alegando que los precios de las obras e incluso las expropiaciones se habían disparado.

Al llegar al Ministerio Francisco Alvarez-Cascos, en mayo de 2000, las obras estaban casi completamente paralizadas y tuvo que comenzar de cero las negociaciones. Lo mismo ocurría con la Operación Chamartín que Renfe había iniciado en 1993 con José Borrell (PSOE). Para solucionar sendos problemas, Cascos recurrió a su amigo y compañero de trabajo Emilio Cebamanos Jarreta, que fue nombrado presidente de Duch S.A. en verano de 2001 y vicepresidente de Accesos de Madrid en noviembre de ese mismo año. Antes, había sido director general de FCC Inmobiliaria y FCC Construcción.

Cebamanos tuvo que solucionar no sólo los problemas entre las constructoras y Fomento, sino también entre los propios socios. Así, Caja Madrid y las concesionarias de autopistas (Iberacesa y ENA) habían llegado a un acuerdo con las constructoras por el que, si no se solucionaban los problemas de financiación y el coste final se disparaba, ACS, Sacyr, FCC y OHL se comprometían a comprarles las acciones, previamente valoradas por la consultora Garrigues Andersen.

El problema surgió con la concesión de la R-4 a un consorcio liderado por Ferrovial, pues se rumoreaba que, a cambio, la constructora de Rafael del Pino retiraría una denuncia pendiente ante la Audiencia Nacional por el caso de las concesiones de telefonía móvil UMTS a la ACS de Florentino Pérez. Ante esto, directivos de Acesa e Iberpistas llegaron a amenazar a Cascos con llevar el tema ante los tribunales.

Cebamanos tuvo que limar asperezas y tratar con los hombres más duros de las concesionarias de autopistas, entonces en plena reestructuración. El presidente de Alazor Inversiones era Juan Zabía, que había sido vicepresidente de Iberpistas y de Castellana de Autopistas, y que es hermano del nuevo consejero de Medio Ambiente y Planificación Territorial de la Comunidad de Madrid, Manuel Zabía.

Junto a él estaba el vicepresidente de Alazor, Salvador Alemany, que era director general de Acesa y representante allí de La Caixa, que poco a poco se ha ido comiendo a Iberpistas y a Aurea, convirtiéndose en la mayor concesionaria de autopistas española, Abertis.

Cebamanos fue nombrado vicepresidente ejecutivo tras llegar a un acuerdo con todas las partes. Además, desde la presidencia de Duch S.A. está dirigiendo la prolongación de la Castellana en más de tres kilómetros, desde la plaza de Castilla hasta la frontera con Alcobendas, con más de tres millones de metros cuadrados de desarrollo urbanístico.

Otras de las personas ‘fichadas’ para apaciguar los ánimos fue Miguel Roca, ex dirigente de CiU, que fue nombrado secretario de los consejos de Accesos de Madrid y Alazor Inversiones.

Las nuevas autopistas.- Con la puesta en marcha de estas dos nuevas vías de alta capacidad ya son tres las radiales abiertas. Así, la R-2, Madrid-Guadalajara, fue inaugurada junto al arco norte de la M-50 el pasado mes de octubre por el presidente del Gobierno, José María Aznar, y por el ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, con un coste de 411 millones.

Estas vías fueron construidas por Henarsa, concesionaria formada por Dragados, Acciona, Autopista Vasco-Aragonesa Concesionaria Española y Caja Madrid, que tendrá la concesión durante 24 años.

Así, tan sólo quedan por inaugurarse la R-4 Madrid-Ocaña (Toledo), y el Eje Aeropuerto, que enlazará Barajas con la M-40, bordeando el parque de Valdebebas, para finalizar este proyecto enmarcado en la primera fase del plan de autopistas de Fomento.

También se irán abriendo progresivamente, hasta el verano de 2005, el resto de los tramos de la vía de circunvalación M-50, de la cual están en funcionamiento 42 kilómetros y faltan 51, y que no se cerrará por completo para no dañar el monte de El Pardo, al norte de la Comunidad de Madrid.

En concreto, Accesos de Madrid está construyendo 29,3 kilómetros de esta vía a lo largo de los municipios de Leganés, Fuenlabrada, Alcorcón, Móstoles, Villaviciosa de Odón, Boadilla del Monte, Majadahonda y Las Rozas, de los que están inaugurados 15 kilómetros.

Para completar estas infraestructuras, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, solicitó recientemente a Aznar la realización de los proyectos de construcción de la M-60 y de las radiales R-1 y R-6, alternativas a la N-I y N-VI, que completarían la red de autopistas de peaje madrileña.
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