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pasaba por allí/Olga Heras

La procesión en el PSOE va por dentro

Significativas ausencias (la de importantes alcaldes de la región), algún que otro gesto indolente (el de veteranos como Joaquín Leguina o José Acosta) y dos meritorios a salir en la foto, cueste lo que cueste (Trinidad Jiménez y Rafael Simancas), decididos a ocupar como secundarios los primeros planos.
El acontecimiento que ilustra estas escenas no es otro que la presentación en sociedad de la lista por Madrid del PSOE en la Casa de Campo el pasado fin de semana, cuya sorpresa del día iba a ser la catedrática y número dos de esta candidatura, Mercedes Cabrera, que, con un discurso firme y cercano, encandiló a los asistentes.

El resto, salvo la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero, como era de obligado cumplimiento, no desató grandes pasiones, en especial el discurso del ex líder de CC.OO., Antonio Gutiérrez, plasmación palpable del malestar que han causado algunas de las designaciones de este cartel electoral en el socialismo madrileño.

Pero con el 14-M en el horizonte, y cumpliendo a rajatabla eso de no airear las diferencias hasta pasadas las elecciones, la marejada interna se mantiene, aunque sotto voce. En general, en el PSOE se apuntan dos posibles nombres para sustituir a Zapatero si los resultados electorales no acompañan: Chaves y Bono, mientras que en la FSM continúan, de forma sutil y silenciosa, los movimientos para tomar posiciones cara al día después de los comicios.

A esa polarización de posturas ha contribuido el fallido intento de la cúpula de la Federación Socialista Madrileña de limpiar las agrupaciones de voces críticas que, por el momento, no ha resultado tan halagüeño para Rafael Simancas como cabría esperar.

La primera sorpresa se ha producido en la agrupación de Rivas Vaciamadrid, controlada por una gestora desde el pasado mes de julio y en la que los anhelos del núcleo duro del secretario general de los socialistas madrileños, véase Antonio Romero y Ruth Porta, han sufrido un duro revés al no prosperar la candidatura que respaldaban.

El nuevo secretario general del PSOE de esta localidad, una de las agrupaciones con mayor número de afiliados, estaría al parecer escorado hacia la fracción de críticos que comenzó a emerger en esta Federación antes del doblete electoral del 26 de octubre. Este sector, que pedía depurar responsabilidades tras la crisis de la Asamblea, está representado, entre otros, por los ex diputados, Antonio Carmona y Mari Luz Barrios, así como por el ex consejero de Leguina, Julián Revenga. Todos ellos aspiran a dar un vuelco en la dirección de la FSM en el próximo congreso regional que celebren los socialistas madrileños.

Pero si Rivas ha supuesto el primer fiasco para los hombres de Simancas, existen todavía otros municipios, como Móstoles, Leganés o Alcalá, que están aún pendientes de resolver sus órganos de dirección, todos ellos sometidos a gestoras desde hace algunos meses.

El primero en dilucidar este nudo gordiano será la agrupación mostolense, en la que Iván García Yustos, último secretario general de esta agrupación y un ferviente valedor de Rafael Simancas, aspira nuevamente a obtener su liderazgo.

Sin embargo, en esta tradicionalmente convulsa agrupación, la candidatura de Yustos no es vista con buenos ojos, y aunque los distintos sectores, incluidos los acostistas, apuestan por una nueva dirección consensuada para formalizar el acuerdo, parece una condición sine quanum la designación de otro candidato.

Otra agrupación que no resultará fácil de reconducir para la dirección de la FSM es la alcalaína, donde Miguel Buenestado, integrado ahora en el sector crítico, había ganado todos los enfrentamientos hasta que una parte importante de la dirección dimitió en bloque, dando paso también aquí a la implantación de una gestora, que previsiblemente va a estar vigente hasta pasados los comicios de marzo.

Pero si las agrupaciones socialistas son un polvorín todavía sin controlar, Simancas tiene otro talón de Aquiles no menos importante, sus desencuentros con los “barones” madrileños. Los dirigentes socialistas han aceptado a regañadientes muchas de las acciones llevadas a cabo en los últimos meses por la cúpula de esta Federación, entre ellas el que Rafael Simancas no cediera el paso a Gregorio Peces Barba en las elecciones del 26-O. Críticas que se han incrementado a raíz de no obtener el gobierno regional.

La propuesta de Ferraz de que rector de la Carlos III encabezara la candidatura socialista fue rechazada categóricamente por el secretario general de la FSM, por lo que la entrada en escena de Peces Barba en el nuevo comité de notables de Zapatero parece ser un condicionante negativo más para las aspiraciones de Simancas.

Aunque no se plantea la sustitución del secretario general de la FSM, el cambio de rumbo en la dirección de esta Federación es defendida desde diversos ámbitos, a los que Joaquín Leguina y otros significativos nombres del PSOE madrileño no serían ajenos.

El 14 de marzo, por tanto, no sólo es una prueba de fuego para el candidato a presidente de Gobierno, sino también para Rafael Simancas. La debacle en las urnas de Zapatero tendría una rápida consecuencia, el cambio de dirección no sólo federal, sino también donde los socialistas han “pinchado”.
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