Roberto Pastrana
El último viaje de Aznar
La convergencia de España con el conjunto de países más avanzados del mundo es un objetivo prioritario en el que las administraciones nacionales llevan trabajando tradicionalmente. El empresariado es uno de los colectivos que más apoyan estas iniciativas. En el marco del viaje oficial que el presidente español José María Aznar ha realizado recientemente a Estados Unidos, una delegación de empresarios nacionales, encabezada por el presidente de CEIM, Gerardo Díaz Ferrán, se ha reunido con colegas estadounidenses para avanzar en la mejora de las relaciones comerciales entre ambos países.
Estas relaciones han experimentado una sensible mejoría durante los últimos meses, en los que los norteamericanos se han vuelto especialmente sensibles respecto a la pertenencia a la “nueva” o la “vieja” Europa.
La guerra de Irak conmocionó las relaciones de los Estados Unidos con sus aliados europeos. En plena crisis, Jeff Bush, gobernador de Florida y hermano del presidente norteamericano, visitó nuestro país con un mensaje de apoyo para el empresariado español, que podría utilizar el estado sureño -en el que la comunidad hispana y, sobre todo, cubana tiene una gran influencia- como puerta de entrada al mercado de la superpotencia. Queda por ver en qué quedan las palabras de los Bush en la posguerra irakí.
El caso es que, pese a las perspectivas halagüeñas, el comercio entre España y EE.UU. tiene aún un camino muy largo que recorrer para considerarse una alternativa consistente para la inversión norteamericana. La delegación que acaba de visitar el país de George Bush ha planteado líneas de colaboración transatlántica en relación con Iberoamérica, donde ambos países son los principales inversores extranjeros. Esta iniciativa contó con la colaboración del empresariado de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y México, que son los principales interesados en orquestar un plan de inversiones que apoyen el desarrollo, en vez de competir en alcanzar objetivos estratégicos.