El autentico mal de altura de nuestro sistema financiero està paradójicamente en el suelo, en esos millones de metros cuadrados que no valen nada y que soportan millones y millones de euros de créditos, no por el valor de compra directa, sino por el valor que se le atribuyó a futuro en razón de proyectos grandiosos que nunca verán la luz o, al menos, tardarán veinte años en ponerse en marcha. Y aquí hay otro buen ejemplo en el que basarse: los 10 millones de metros cuadrados que compró Fernando Martin en el informo del pueblo de Casares, en los que quería desarrollar uno de esos meta proyectos de hoteles, viviendas, centros comerciales y golf, mucho golf. Todo un sueño convertido en una de las pesadillas de Martinsa - Fadesa.
Las fuertes normas que ha puesto el Banco de España y el Gobierno para que afloren esas perdidas latentes en los bancos y cajas, de cara a sanear de verdad el sistema financiero en un proceso de concentración que dejará reducido el sector a menos de diez grandes entidades, va a obligar a todas las entidades que se mantengan en pie a provisionar miles de millones que no tienen, y que en algunos casos les llevarían a la quiebra o a la nacionalización temporal para evitar males mayores, o a operar con sociedades de suelo, en las que se coloquen todo ese tipo de activos de cara a una salida lenta y racional de los mismos, acompasada a los tiempos de mejora de la economía nacional y europea, e incluso a operaciones con inversores asiáticos que quieran aterrizar en España como punto estratégico dentro de la UE.
Las tentaciones son y van a ser muchas de cara tanto a los llamados fondos buitres como a los inversores de proyectos como el de Eurovegas, en el que al margen del lugar final donde quiera instalarlo Sheldon Adelson, los bancos y cajas que poseen miles de metros cuadrados en las zonas elegidas inicialmente pueden presionar a las autoridades autonómicas y municipales para llevarlo adelante a cualquier precio legal, para así dar,e salida a ese gran pedrusco que tienen en sus zapatos. Las viejas recetas de otras crisis no valen, y el tiempo apremia pues desde Bruselas y Berlín se esta jugando com ventaja para la banca alemana o francesa, y en contra de muestras entidades. Un gran acuerdo a tras bandas es necesario y urgente: bancos por un lado, administraciones públicas por otro, y promotores por otro.
Un acuerdo en el que se contemplen medidas fiscales en os tres niveles, y que desemboquen en la viabilidad de un sector que ha sido y va a seguir siendo - si de verdad se quiere salir de la crisis - el motor de la economía española. El resto son cantos al sol y declaraciones vacías que llevarán a aumentar el desencanto de la sociedad.
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