Las inmobiliarias cotizadas consolidan sus procesos de reestructuración
Según un estudio de KPMG
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
26/10/2010.- El sector inmobiliario comienza a ver la luz al final del túnel. Según el III estudio elaborado por KPMG Transformación del modelo de negocio inmobiliario español, las inmobiliarias cotizadas han reducido su factura financiera un 63%, debido al bajo nivel de los tipos de interés de referencia como el Euribor y el cierre de refinanciaciones de empresas del sector con planes de negocio sólidos, lo que ha permitido la moderación de las primas de riesgo.
En cuanto al conjunto de las 50 principales inmobiliarias del país, éstas han reducido su pasivo exigible un 10,5% en 2008, gracias a los procesos de canje de activos por deuda, venta de activos estratégicos, o quitas logradas en algunos procesos de reestructuración o concurso.
A pesar de estos datos, el sector aún tiene que recorrer un largo camino para superar la crisis. Los ingresos de las 50 principales inmobiliarias se redujeron un 17,3% en 2008 respecto a 2007. La caída es menos acentuada si solamente tenemos en cuenta las cotizadas, siendo del 12,1% en el mismo periodo y un 13,7% en 2009. Para estas compañías, durante el trimestre de 2010 también han registrado una caída en su cifra de negocio, en este caso del 16,4%.
Igualmente, la situación del mercado ha llevado a las empresas del sector a reducir sus estructuras al mínimo, de manera que el número total de trabajadores se redujo en 2008 un 28,8%, cifra que en el caso de las inmobiliarias cotizadas se incrementa hasta el 43,6%. Como consecuencia de estos recortes, estas inmobiliarias han pasado de 5.732 empleados en 2007 a 1.936 en 2010. “Sin duda aquellas empresas que sean capaces de estabilizar su situación a corto plazo y plantear al mismo tiempo un plan de negocio sólido y con futuro, tendrán todo a su favor para lidiar el sector en los próximos años”, afirma Fernando Vizoso, gerente en el Área de Infraestructuras de KPMG en España.
Las empresas del sector inmobiliario han estado centradas en el cierre de los procesos de refinanciación de su deuda, que se han estructurado básicamente mediante ampliaciones de los plazos de vencimiento y como una solución temporal. En estos procesos se han preparado planes de viabilidad con un carácter más financiero que operativo, sometiéndolo a la aprobación de las entidades financieras acreedoras.
La recuperación de este sector pasa por la necesaria transformación del modelo de negocio que estará basado en una serie de nuevos parámetros y que permitirán el tránsito hacia un nuevo escenario.
En un mercado donde el componente principal es la demanda real y no la especulativa, se deberán vender productos innovadores que aporten un claro valor añadido por un precio más ajustado. De acuerdo con el estudio, la sostenibilidad y el ahorro energético van a jugar un papel clave y del mismo modo, las promotoras tendrán que recuperar el componente del diseño en sus productos. Esto requerirá un mayor nivel de especialización, invirtiendo en I+D+i para ofrecer soluciones residenciales competitivas e innovadoras.
Los procesos de integración vertical, donde algunos promotores eran a la vez sus propios constructores, diseñadores, urbanizadores, comercializadores, etc..., están en retroceso, como respuesta a la necesidad de asignar adecuadamente los diferentes riesgos a las actividades que los sustentan. De esta manera, se evitará que una actividad exitosa enmascare un rendimiento deficiente de otra. En ese sentido, la externalización de actividades no centrales se convertirá en un elemento clave.
En cuanto a la estructura financiera, Javier López Torres, director en el Área de Restructuring de KPMG en España, explica que “tendrá que pasar de un esquema basado en la financiación ajena a uno donde el capital propio tenga un papel protagonista, ya que el crédito, tanto desde el punto de vista del promotor como del comprador de vivienda, no va a resultar tan accesible como en el pasado”.