pasaba por allí/Olga Heras
El nuevo "frente popular"
La tesis del 'golpe a la democracia' que se maneja en la izquierda para explicar la crisis en la Asamblea de Madrid va a tener una traslación concreta a los municipios de la región

Los alcaldes socialistas se preparan para dar la batalla institucional de cara a los próximos comicios autonómicos, impulsando mesas democráticas en las que "todos los progresistas" colaboren para frenar el supuesto ataque perpetrado por "la mano negra del urbanismo" contra el actual sistema democrático. Tanto en las filas del socialismo madrileño como en las de Izquierda Unida se deja poco margen a la duda sobre los responsables del "desastre" autonómico: el mundo inmobiliario, y, a tenor de ese sospechoso encadenamiento de "casualidades", el PP.
Ambas formaciones, sobre todo el PSOE, creen llegado el momento de que la teoría de la traición y la conjura política traspasen las paredes del Hemiciclo vallecano para ganar terreno en la opinión pública de todos y cada uno de los municipios de la región. Un llamamiento a las "barricadas", cuyo campo de experimentación se situará con toda probabilidad en el sur de Madrid, y que tiene como finalidad reactivar un voto que a día de hoy se antoja algo volátil y difícil para los socialistas.
La teoría del "golpe" esbozada por Simancas y por el propio secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, comparando la "trama" de Madrid con el alzamiento militar del 23-F, va a ser el arma de los regidores del PSOE en esta nueva campaña electoral para allanar el camino a su candidato a la presidencia autonómica. Los socialistas tienen presente una posible debacle en las urnas, por lo que su principal baza electoral pasa por remachar la idea del complot, del mismo modo que Aznar esgrimió machaconamente los peligros del "comunismo" cuando las movilizaciones ciudadanas vaticinaban un descalabro electoral de los populares el pasado 25-M.
El clima de retroceso de las libertades públicas experimentado bajo el gobierno popular juega a favor de los intereses socialistas, aunque, la falta de una seria investigación para explicar la magnitud y razones del "golpe", así como los oscuros laberintos del urbanismo regional continúan siendo un talón de Aquiles en las expectativas de este partido. La estabilidad del voto que atribuyen a Izquierda Unida las encuestas e, incluso, la posibilidad de que esta formación incremente el número de votos los próximos comicios, hace que en IU se establezca un análisis más a largo plazo y se busquen otras alternativas para contrarrestar el transfuguismo de Tamayo y Sáez, que contrasta con el fatalismo y la unilateral dirección que el PSOE trata de dar a esta crisis.
Afectada por la imposibilidad de formar gobierno, aunque no parece que vaya a ser castigada en las urnas, IU se vería también contra las cuerdas si no logra participar en la gestión de la Comunidad. Un desgaste importante que puede hacer que el repunte del que ha sido objeto en los pasados comicios quede finalmente diluido y sus perspectivas electorales vuelvan a traducirse en una representación institucional casi inexistente. Este peligro latente ha hecho que en Izquierda Unida se baraje como "interesante" la posibilidad de concurrir a las elecciones de otoño en un bloque de izquierdas integrado por la propia coalición, los socialistas y Los Verdes de Mendiluce, quien, por otra parte, nada más producirse la "traición" en la Asamblea ya apuntó esta alternativa. "Frente popular", por tanto, que en las próximas semanas y meses estará sujeto a muchas variables, pero que tiene el claro objetivo de contrarrestar la mayoría que se augura al PP en la Comunidad de Madrid.