Jesús Paños

Urante los últimos años, tanto la Administración Pública como la empresa privada han dedicado mucho esfuerzo y dinero a trabajar de manera conjunta en la reducción de los elevados índices de siniestralidad laboral de nuestro país. Una labor que, junto a la de los Colegios Profesionales y los sindicatos, ha ayudado a disminuir el número de accidentes mortales, pero en la que aún es necesario seguir actuando.

Y es que las cifras aún siguen siendo preocupantes. Así, en el primer semestre del año veíamos como se registraban, sólo en la Comunidad Autónoma de Madrid, 58 accidentes mortales en el sector de la construcción. Un dato que nos hace sentir aún piezas fundamentales de un rompecabezas complejo de formar y en el que interactúan muchos factores externos e internos a nuestra área de actuación.

En este sentido, desde el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid identificamos de manera clara una situación laboral que hace del sector de la construcción uno de los más vulnerables en España en cuanto a siniestralidad laboral. Hablamos de la falta de medios y de formación especializada en muchos de los trabajadores, de las largas jornadas laborales que se soportan en el tajo, de la falta de información y formación en prevención de riesgos laborales y de tantas otras cosas que nunca terminaríamos de enumerar. Resulta evidente, en muchos casos, que el empresario no es consciente de que la prevención es rentable y que los trabajadores no asumen que no deben vender su salud. Además, cabe añadir que factores como la subcontratación, o la temporalidad, hacen más complicada, si cabe, la labor preventiva.

Precisamente, este es uno de los frentes en los que más decididamente podemos incidir: el de la formación preventiva. Se estima que un 40% de las empresas carecen de políticas de prevención, una cifra alarmante y que debería provocarnos sonrojo. Todos los agentes implicados debemos realizar un firme empeño por acabar con la creencia, lamentablemente extendida, de que el oficio se aprende trabajando. Para ello, tendremos que cuidar aspectos decisivos como la cualificación y la formación previa de los trabajadores. Las últimas actuaciones llevadas a cabo por las Administraciones Públicas, afortunadamente, van en esta dirección.

Así, la Ley de Subcontratación o la creación de la Tarjeta Profesional de la Construcción, por mencionar algunas de las más destacadas, suponen un gran avance en esta línea.

Del mismo modo, desde el COAATM consideramos de especial relevancia el III Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales que la Comunidad Madrid ha desarrollado para los próximos tres años. Un trabajo que ayudará a impulsar la formación en esta materia.

Aún es pronto para valorar cómo han influido estos avances en las negras cifras que año a año encabezan nuestro sector. Ahora bien, con la introducción de medidas regulatorias estrictas en el sector, se está consiguiendo que muchas empresas, que no están en disposición de asumir sus responsabilidades en materia de prevención de riesgos, se vean fuera del mercado.