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El PP se cobra en Castro los “agravios” financieros de Zapatero

Pedro Castro es de los que gusta calentar a las masas en sus mitineras intervenciones con exaltadas soflamas verbales al más puro estilo Alfonso Guerra y su “truhán del Missisipi”, algo que a estas alturas algunos pensarán que está demodé, pero que hasta ahora han servido al alcalde de Getafe para “animar” los instintos de un público que suele estar casi siempre a favor de obra.El problemas es que está vez Castro ha sido pillado infraganti (¡Ah! las cámaras y los micrófonos cuantos sinsabores dan a la clase política, bien lo sabe Mariano Rajoy pronunciando unas aciagas palabras, “por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha”, que han dado pie al PP a rentabilizar un asunto que no habría pasado de rifirrafe doméstico, si no fuera por la condición del regidor getafense de presidente de la FEMP o, tal y como él prefiere definirse, de alcalde de alcaldes. La “metedura de pata” de Castro ha sido la espoleta que ha activado una rebelión, la del PP, que venía fraguándose ya desde hace tiempo a cuenta de la financiación local, convertida en estos momentos en pieza angular del futuro económico de los ayuntamientos y en una de las armas políticas que el partido de Rajoy va a exhibir contra Zapatero en los próximos meses. Un ariete más para golpear al Gobierno del PSOE a cuenta de la crisis. La torpe verborrea de Castro es, por tanto, un simple instrumento de una estrategia política que tiene mucha más carga de profundidad. No es baladí que en los últimos meses Rajoy haya convocado varias veces a sus alcaldes para debatir de la financiación local y su papel en la Federación Española de Municipios y Provincias. Tampoco lo son las críticas que venía recibiendo el alcalde de Getafe por parte de los populares por lo que consideraban, y consideran, una actitud poco reivindicativa del presidente de la FEMP respecto al inquilino de La Moncloa. Actitud beligerante la del PP que recientemente se encargaban de poner de manifiesto dos pesos pesados como Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, que, nuevamente en un acto municipalista de su partido, acusaron abiertamente al Gobierno de ir en contra de la Constitución por no establecer un modelo de financiación municipal eficiente. Las palabras de uno y otro, pronunciadas antes de la tormenta mediática provocada por Castro, eran, sin lugar a dudas, un anuncio de que el PP se pertrechaba de razones y dialéctica para dar la batalla en la FEMP. “La financiación estable de los ayuntamientos no es ya una deuda histórica, es un mandato constitucional”, Gallardón, dixit. Venía a decir, y lo ha dicho, el alcalde de Madrid que los ocho mil millones ofrecidos por Zapatero a los ayuntamientos son paños calientes que no van a solucionar la crisis económica que paraliza en mayor o menor grado a los consistorios españoles. Es lo que tienen las épocas de sequía, que nada es suficiente y de ahí la urgencia de forzar a una negociación con el Gobierno, y ahí también el difícil papel de equilibrista que intentaba jugar Pedro Castro como presidente de alcaldes y fiel servidor de los mandatos de su partido.Un papel de interlocutor que parece haberse venido abajo por ese exceso de populismo verbal del que tantas veces hace uso en su feudo getafense (torpeza que nunca habría cometido en otro terreno de juego), aunque logre permanecer al frente de la FEMP atrincherado de las presiones de una Esperanza Aguirre y su ejército de alcaldes que reclaman su dimisión, so pena de que los regidores del PP, de momento sólo los madrileños, den la “espantá” en bloque de esta Federación. (Iniciativa que la presidenta de los populares madrileños espera que se extienda como una mancha de aceite en el resto de ayuntamientos gobernados por su partido) Sin tanta vehemencia como su compañera de partido, pues la verdad es que Aguirre estaba deseosa de dar un varapalo al alcalde de Getafe y él, que dice sentirse víctima del acoso de la Comunidad, le ha brindado la ocasión, Alberto Ruiz Gallardón ha apostado también claramente porque el PP “ se replanté su papel en la FEMP”. No tanto, viene a decir el mandatario capitalino, por el “improperio” de su presidente, si no porque este organismo es, en su opinión, un “club de carácter privado, sin cobertura institucional ni legal”. Blanco y en botella.El PP ha encontrado un gran campo de batalla en la Federación de Municipios y no parece que vaya a replegarse en sus exigencias, aunque haya formaciones políticas como IU que duden de que Rajoy vaya a permitir que Aguirre “dinamite” esta Federación, si bien, la coalición hila más fino al poner sobre la mesa si el “objetivo final de los populares es hacer una federación alternativa”. De momento el líder del PP ni quita, ni pone rey, pero ayuda a su lideresa, cuyas decisiones en ese tema ya ha dicho que respaldará. ¿Y el PSOE? Los socialistas se limitan a despejar con un “y tu más” las andanadas de los populares, recordando afrentas similares a la de Castro cometidas por el PP. Sí este tema socavará o no el futuro político del alcalde de Getafe es algo que esta por ver, aunque en su contra juegan los largos años que lleva al frente de la alcaldía de su municipio su partido apuesta por el cambio generacional, y los enemigos que los tiene, en el PSOE.
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