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La nueva normativa contable española perjudica a las empresas del sector

El cambio de criterio en algunos aspectos provocará que varias firmas reduzcan sus beneficios

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
07/02/2008.- El Gobierno ha establecido el nuevo Plan General de Contabilidad para que España se adapte a la normativa fiscal internacional. Sin embargo, esta ley podría disminuir la cuenta de resultados de las constructoras e inmobiliarias de nuestro país. Además de los cambios de criterio en diversas partidas, algunas de las quejas más habituales de las empresas se basan en que aún no se han desarrollado los planes para los diferentes sectores.
A pesar de que algunas compañías del sector saldrán beneficiadas por la transposición de las normativas fiscales internacionales (NIIF) y la eliminación de los tratamientos alternativos, las opinión generalizada sobre el nuevo Plan General de Contabilidad (PGC) es negativa, debido a que las empresas no podrán revalorizar prácticamente ningún aspecto de sus cuentas y, por lo general, esta circunstancia provocará que sus márgenes disminuyan.

Normativa contradictoria.- El Plan General de Contabilidad (PGC) vigente desde el 1 de enero trata de homogeneizar los estados financieros de las firmas españolas para comaparlos con las cuentas de las del resto de la Unión Europea (UE). Este movimiento de normalización tiene su origen en las leyes internacionales que se aplicaban a los grupos cotizados, que ya hicieron este ejercicio en 2005. Por lo tanto, se podría considerar que, en parte, son consecuencia de una demanda de las empresas para simplificar los procedimientos.

Desde un punto de vista formal el PGC mantiene la estructura de su antecesor, pero incluye varios cambios y está pendiente de desarrollar los planes sectoriales. Hasta que eso ocurra, establece que siguen en vigor los antiguos, siempre que no se opongan la nuevo normativa. Esto equivale a decir que no están en vigor, ya que "los puntos que contradicen el actual PGC son numerosísimos", como ratifica la profesora de la cátedra de Contabilidad y Auditoría de la Universidad de Valencia, Araceli Mora.

Aunque no existen diferencias a la hora de aplicarse en las distintas ramas de actividad de la economía española, en el caso del sector inmobiliario resulta más complicado, porque no existe ninguna norma internacional que ofrezca una idea de los cambios que se avecinan. De hecho, el director general de Vemusa, Guillermo García-Mauriño, asegura que esta situación "supone un problema" y se queja de que a la hora de elaborar este tipo de leyes "no se nos consulta demasiado porque no tenemos lobbies de presión".

¿Optimismo justificado?- La opinión de los organismos oficiales es diametralmente opuesta. Así, José Ramón González, presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) —organismo autónomo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda de Pedro Solbes—, ha asegurado que el plan se ha abordado "con toda transparencia".

Otros expertos no vinculados con la Administración también son optimistas, como Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) —organización de expertos del Consejo General de Colegios de Economistas de España especializada en el ámbito tributario—, asegura que la nueva normativa debe suponer una buena noticia para todas las empresas, debido a que "se trata de una legislación moderna que busca mejorar la gestión y establecer un marco común en el ámbito internacional". Sanmartín también destaca que no va a suponer demasiados cambios con respecto a la legislación anterior, sino que será "una evolución a la que no costará demasiado adaptarse".

Por su parte, el doctor en Administración y Dirección de Empresas y profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Sevilla, Sergio Manuel Jiménez, considera que el PGC era necesario para adaptarse a un entorno más complejo, debido a que muchas empresas tienen relaciones con otras compañías en el extranjero. "El hecho de aprenderse la nueva normativa implicará que las compañías deberán realizar un esfuerzo, pero les abrirá nuevas posibilidades. Además, no cambia demasiado en muchos de los asuntos diarios", insiste Jiménez.

Formación de contables.- Con este nuevo marco los contables de las compañías tienen que interpretar la ley en vez de aplicarla directamente, debido a que poseen más opciones para elegir qué procedimiento es el más adecuado. Así, el hecho de que las operaciones sean más complejas aumenta la subjetividad, aunque en los procesos más simples, como cobros o pagos, esta situación no afecta mucho.

También existe la posibilidad de que las firmas que realicen operaciones más sofisticadas tengan que contratar a más contables o formar a los que ya tengan en plantilla. De hecho, la socia de Audihispana Grant Thornton e integrante de su grupo de expertos sobre NIIF y el nuevo PGC, María José Lázaro, asegura que para las empresas resultará complicado coordinar a sus diferentes departamentos para realizar la contabilidad con el nuevo plan.

Como 2008 será el primer año en el que las empresas ejecutarán estos cambios, tendrán que reflejarlos en la memoria anual. Para retrasar este momento inevitable, algunas sociedades han adelantado unos días el cierre de su ejercicio fiscal con el objetivo de no aplicar la nueva norma este año.

En definitiva, todas estas circunstancias dificultan el funcionamiento de las empresas, que se han visto obligadas a impartir cursos acelerados de formación a sus empleados porque ha aumentado la dificultad de aplicación de la norma en una ley ya compleja de por sí. Este es el caso de parte del departamento de Contabilidad de Vemusa, en donde aunque ya empleaban las normas internacionales, García-Mauriño se lamenta de que "aún estamos aprendiendo el nuevo PGC". La empresa Price waterhouse Coopers (PwC) les está auditando para conocer el mejor modo de realizar este cambio.

Esta nueva coyuntura también preocupa a los formadores. De hecho, Sergio Manuel Jiménez recuerda que uno de los aspectos que habrá que cambiar son los temarios que componen los planes de estudios de las universidades.

Para facilitar la adaptación inmediata y atenuar el impacto de todos estos cambios, algunas empresas comercializan programas informáticos que ya están adaptados para realizar las nuevas gestiones, como el software Prinex21 del grupo Shebel.
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