Hora de balance

Como cada final de año, llega el momento del balance. Este 2007 que ahora finaliza va a pasar a la historia del sector inmobiliario como el del final a una época de bonanza en la que el sector inmobiliario ha sido el verdadero motor de la economía en España.
Durante los próximos meses veremos si este aspecto es un punto y seguido o bien un punto y a parte. Si el momento de ralentización que vivimos va a durar sólo unos pocos meses y el sector experimentará un nuevo impulso, como consideran los más optimistas, o si va a ser un periodo más largo, como opinan los pesimistas.
Hay opiniones para todos los gustos pero hay un diagnóstico común: el sector como tal no está en crisis ya que se mantiene alta la demanda, sino que se ve afectado por un problema de financiación mezclado con una crisis de confianza y una cierta inestabilidad influenciada por la cercanía de las elecciones generales. Si durante meses y desde ciertas instituciones públicas se ha lanzado el mensaje de que va a bajar la vivienda, lo normal es que la demanda existente se mantenga a la expectativa de que se produzca ese descenso y se retraiga de manera considerable. Si a eso le unimos una disminución de la financiación, a pesar de la tardía llamada del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pues ya tenemos el resultado.
Pensaba el presidente español que, tras su llamada, el sector financiero caería a sus pies e inyectaría cantidades ingentes de dinero para la compra de viviendas pero, por el momento, no ha sido así. Estamos pues ante una situación de incertidumbre en la que el sector inmobiliario debe reaccionar y aplicar soluciones diferentes ante los nuevos tiempos. Y tiene que tomar ahora unas decisiones valientes que, aunque no le devuelvan a los límites de producción de los últimos años, sirvan para mantenerse al frente de la economía nacional.