Por "hache" o por "be"
Afrontamos la recta final del año, periodo especialmente propenso para ir haciendo balance y comparaciones con otros años. Los departamentos contables ya nos inundarán con resultados, que ahora mismo están preparando. Sin embargo, hay cifras que no suelen tener mucha repercursión debido al escaso interés por hacerlas públicas. Una de ellas es lo que ganan los directivos. Otra es la cantidad invertida en sus propias empresas.
El año pasado, los ejecutivos de las principales inmobiliarias y constructoras batieron récords en este tipo de operaciones. Entonces la economía y la capitalización bursátil sonreía a su negocio, que avanzaba imparable. Al amparo de esta prosperidad, los directivos compraron títulos de sus empresas tanto para reforzarse en el accionariado como para incrementar rápidamente su patrimonio.
Por ejemplo, la escalada de Florentino Pérez en ACS, en un sprint reñido con la familia March y los Albertos, fue bien conocida. Estas operaciones fueron posibles gracias a la facilidad con que empresarios como el expresidente del Madrid encontraban financiación para su rosario de compras.
Ahora la situación ha cambiado y, aunque la banca se ha quedado sin liquidez por la crisis hipotecaria norteamericana, los responsables de constructoras y, sobre todo, de inmobiliarias, siguen comprando.
La explicación es fácil. Aunque haya pocos recursos para movilizar, los responsables de las compañías tiene que mostrar confianza en el futuro de sus firmas. Cualquier declaración y movimiento que hacen es mirado con lupa. Incluso la inmovilidad sería interpretada como temor, así que los alegres compradores del año pasado son los que siguen adquiriendo títulos propios. Sin embargo, el las ideas que les movían. Y lo que ayer era ánimo expansivo, hoy es vía crucis casi obligado, en un intento por mantener el valor y evitar que la cotización de sus empresas vaya desinflándose poco a poco. Hay que comprar por "hache" o por "be".